La dulce resaca por la clasificación del Barça Femenino para la gran final de la Champions todavía perdura el día después. Las emociones a flor de piel, la alegría, los abrazos y los bailes han dado paso a la sensación unánime de que este año el ansiado título europeo está más cerca que nunca.
Las jugadoras lo dieron todo en el campo y en la fiesta posterior sobre el césped ante los 981 asistentes en las gradas del Estadi Johan Cruyff. No obstante, lo que no se vio ante las cámaras fue aún más emocionante.
La mayoría del equipo contó con el apoyo de sus familiares más cercanos en las gradas. La mamá de Mariona Caldentey, Maria Oliver, viajó desde Mallorca para acudir a una nueva cita para el recuerdo. No se suele perder ni una. Y los hermanos de Leila Ouahabi, decisiva con su asistencia en el primer gol a Lieke Mart
ens, la acompañaron también en todo momento. Precisamente con su hermano mayor comenzó a dar sus primeros toques con el balón la defensa del Maresme. La propia Leila agradecía así el apoyo de los suyos en su cuenta de Instagram.
Patri Guijarro, la reina del baile que fue seguida por todas sus compañeras al ritmo de ‘Follow the leader’, no solo marcó la coreografía de la celebración del pase a la final sino que tuvo antes un bello gesto con su madre, Toñy Gutiérrez, con motivo del Día de la Madre al regalarle una rosa que ésta recibió, cómo no, vestida con la equipación del Barça. Todo apoyo sumaba. Ambas se hicieron tras el partido una foto en el Estadi como recuerdo de otra tarde inolvidable.
La botella de ratafía -la bebida más tradicional de Girona- con la que Laia Codina irrumpió en la sala de prensa durante la comparecencia del técnico Lluís Cortés y Aitana Bonmatí fue otro de los detalles que más ha llamado la atención de los seguidores del Barça. ¿Estaba preparado? Pues no, todo respondió a una fiesta improvisada donde la euforia marcaba el ritmo de los acontecimientos.
Y sin duda una de las imágenes más impactantes, grabadas por el Canal Esport 3 y que se ha hecho viral en Twitter, es la de Aitana en los minutos finales del partido, tras ser sustituida por Oshoala. La centrocampista sufrió de lo lindo pidiendo la hora a la árbitra y no pudo evitar dar una sonora patada a la pared víctima de los nervios.
Y es que no era para menos. Aitan
a llevaba toda la semana preparando este partido, tanto en el plano físico como mental, con descanso, alimentación y visualizando un duelo vital para estar a la altura que requería. Y vaya si lo estuvo. Ella y todas siguen viviendo la felicidad de un pase a la final muy complicado y trabajado. Pero ahora quieren más y no van a detenerse. El sueño sigue vivo.