«Recuero que en los recreos jugaba a la pelota con una tapita de gaseosa, con medias, con lo que fuera. Y que era riverista (sic) a full, ¡tenía toda la carpeta de plástica con fotos de River!”.
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River Plate – 17-5-2023
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Y si bien los docentes del primario 835 del barrio Villa Río Negro de Resistencia destacan aún hoy su dedicación y conducta como alumno, no pueden olvidar el impulso que sentía día a día por triunfar en el club de esos ídolos que tenía retratados en sus elementos escolares y, muy fanático, en las paredes de su casa.
Leila Olivarez, maestra del Diablito en segundo y tercer grado, se emociona cuando remomora las gambetas del pequeño en el aula. Lo mismo les sucede a Gladys Cáceres (4° grado) y Luis Adorni (5°), quienes acompañaron la educación de Echeverri antes de que fuera descubierto por los captadores de River y comenzara su acelerado progreso, que hoy lo ubica como el juvenil de mayor proyección en el equipo de Demichelis, más allá de que ya demostró su categoría premium en el Sudamericano Sub 17 con la Selección y que incluso ya compartió entrenamientos con su máximo referente: un tal Messi.
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“En Río Negro y en la escuela 835 tenemos el pecho inflado del orgullo que sentimos por todo lo que está logrando Claudito”, asegura Gladyz, además de enfatizar que “siempre, siempre hablaba de su amado River Plate, ¡era fanático!”. Y el profe Adorni aporta que el don del fútbol es “innato en él”. Para el Diablito, cualquier lugar era un potrero. Desde la canchita de tierra ubicada a metros de la casa familar en la que vivía con sus padres (Rosa y Mingo) y sus seis hermanos hasta el patio de cemento y las galerías del colegio.
Las despintadas paredes de su hogar y la puerta de madera de la habitación que compartía con Jonathan estaban cubiertas con diferentes collages repletos de imágenes de jugadores de River: el Burrito Ortega, Francescoli, Saviola, Cavenaghi y muchos más. Tampoco faltaban banderas, cartulinas y otros elementos con los colores blanco y rojo.
Su destino estaba marcado. Un día después de quedar deslumbrados por su talento al observarlo en el club del pueblo (Deportivo Luján), los formadores Claudio Otermin y Daniel Brizuela fueron a hablar con los padres del nene y se encontraron “con un santuario de River en la casa”. Al rato, el pibe se puso por primera vez en sus 10 años de vida una camiseta oficial de la Banda. Y no se la sacó más. Siete años después se está entrenando con la Primera, se da el gusto de sacarse fotos con Enzo Pérez y está a un pasito de cumplir el sueño del hincha.
Claudio Echeverri – 17-5-2023
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Ese vínculo con el Millonario apenas se interrumpió pocos días, cuando el Diablito no se sentía cómodo en la pensión y planteó que “si no viene mi mamá para acá, yo me vuelvo al Chaco”. Así, su breve regreso a Resistencia duró hasta que los directivos le consiguieron un departamento en Mataderos para que viviera con Rosa.
Arropado por su madre por un tiempo y luego también por su padre, que dejó la fábrica de cabos de martillos y cuchillos en Chaco a cargo de su sobrino, el Diablito siguió viviendo en el club pero todos los días iba a almorzar con su familia después de los entrenamientos en el predio juvenil de Hurlingham y por la tarde cursaba en el Instituto River.
Más adelante superó los inconvenientes de la pandemia y en marzo de 2022 sufrió una fractura en una vértebra lumbar, aunque ese accidente que se presentaba como una amenaza para su evolución, lógicamente, alimentó aún más su fortaleza mental, al punto de que cuando se recuperó empezó a romperla en Reserva, ayudado por los asados en la casa del Muñeco Gallardo con su amigo Santino, tercer hijo del DT y compañero de equipo en la categoría 2006.
Con el aporte nutricional que recibió de los profesionales del club desde el final de su niñez y el estirón que pegó a los 15 años, Echeverri dejó de ser el chiquilín flaquito que llegó a Núñez y se transformó en un futbolista con ADN de potrero con formación de elite mundial. Por eso River lo blindó con un contrato hasta diciembre de 2025 y una cláusula de rescisión de 25 millones de euros que suena a poco tras sus cinco goles, tres asistencias y múltiples lujos en la Selección Sub 17. De hecho, la CD del club está negociando con el representante Enzo Montepaone para elevar el precio de salida del chaqueño a 50 millones.
Simultáneamente, los tiburones de Europa tienen en la mira al volante ofensivo de 17 añitos desde que bailó a la Juventus en la Venice Cup 2017 y metió cuatro golazos. Su nivel en la Selección Juvenil, además, movilizó al Real Madrid para intentar llevárselo cuanto antes, y a poner en carrera al PSG y al Milan.
De todos modos, el pibe no se marea. Mantiene firmes sus raíces e incluso siente pudor por el homenaje que le hicieron sus vecinos con un hermoso mural. Sigue enfocado en cumplir la meta que se propuso desde que empezó a patear en su casa impregnada de pasión por River. Está ansioso por “debutar pronto en Primera” aunque es consciente de que la misión de Demichelis es acompañarlo hasta que alcance el punto de maduración justo para pegar el salto. Y hacer realidad aquello que visualizó prácticamente desde la cuna.
Porque Echeverri, en realidad, es el Diablito Echerriver.
«Con la pelota te dibujaba»
Luis Cuevas, primer DT de Echeverri
Tuve la suerte de estar con el Diablito desde sus ocho años y fueron impresionante los momentos que vivimos durante dos años. Era potrero puro, pero un diamante en bruto al que sólo había que pulir un poco. Despuésm ya fue un robo y salimos campeones del torneo de la liga chaqueña. Era de físico chiquito, flaquito, pero con la pelota te dibujaba. Se la dabas a él y se encargaba de ganar solito los partidos, con una personalidad de grande. Siempre tuvo un talento único y marcó una diferencia enorme con el resto. Yo lo sigo viendo cada vez que pasa por el club con sus padres y su novia y es el mismo de siempre, porque no perdió la humildad. Y gracias al Diablito se les abrió una puerta inmensa a todos los chicos del Deportivo Luján: es impresionante cómo salen rápido del colegio para venir a jugar.