A pocos días de la final de la Copa América, Alberto Tarantini, una leyenda del fútbol argentino, habló con Olé sobre el presente del seleccionado nacional. El Conejo, pieza fundamental en la obtención del primer Mundial de la Selección Argentina en 1978 y campeón de la Copa Libertadores con Boca en 1977, además de haber sido campeón del fútbol local con River, destacó el ciclo de Lionel Scaloni, las enseñanzas de César Luis Menotti y las últimas batallas de Lionel Messi y Ángel Di María. También, se refirió al Xeneize, al Millonario y mucho más, reafirmando su lugar en la historia del fútbol.
-¿Qué es ser campeón del mundo?
–No hay nada más que lindo que ser campeón del mundo. Es lo máximo que le puede tocar a un jugador, después de eso no hay otra aspiración. Tuve la suerte que me tocó a mí y lo disfruto todos los días. Es todo el tiempo que estás en la calle y te saluda la gente. Te dicen gracias. Es muy lindo. El reconocimiento de la gente en lo más lindo que podés tener, más allá de la medalla o el trofeo.
Aquel 25 de junio de 1978, donde la Selección Argentina enfrentó a Holanda en el estadio Monumental en busca del primer Mundial, el Flaco Menotti no dio indicaciones tácticas sino «una charla pasional, de corazón». Sobre ese momento, el Conejo contó: «Fue la más corta de todo el Mundial. Nos dijo `hasta acá llegamos, el reconocimiento de la gente es lo que quiero que ustedes se ganen. Jueguen para ellos, para los que están acá adentro de la cancha y para todos los que están mirando'». Ese momento histórico, Tarantini lo lleva en la memoria, una marca imborrable, y nunca volvió a ver el partido.
-¿Hay semejanzas del plantel de 1978 al actual?
-Este equipo no da nada por perdido y juega todo con las mismas ganas que al principio. Creo que eso es lo más importante: no sólo pensar en lo que ya hiciste, sino pensar en lo que podés seguir ganando. Scaloni consiguió algo muy importante, más allá del respeto que le tienen, y es la identidad. Ganó el reconocimiento de sus jugadores. Creo que su mayor triunfo es que los jugadores confían en él. Lo más difícil para el futbolista es creer en el técnico. No vi una sola discusión en este ciclo. Puede sacar a Di María u Otamendi y no pasa nada porque todos saben que es por el bien del equipo.
-¿Es muy difícil mantenerte después de ser campeón del mundo?
–A mí me pasó que los primeros cuatro meses después de ser campeón, sentía que no había más que eso. Los que tenía en frente me querían comer y yo estaba medio en las nubes, pensando que al ser campeón del mundo iba a ser mucho más fácil todo y no, al contrario. Es muy difícil seguir manteniéndote o mejorando. El post es duro.
Fue el 22 de noviembre de 2023, cuando Lionel Scaloni sorprendió a todo el mundo futbolero. Después de la histórica victoria de Argentina contra Brasil en el Maracaná por las eliminatorias, el DT nacido en Pujato dejó en duda su continuidad luego de ser campeón del mundo. «Lo que me pasó a mí, le pasó a Scaloni, que entró en un bajón y no se sentía bien. Es normal, es lo que te sucede. De a poco vas poniendo los pies sobre la tierra porque estás en el aire. Ganaste lo más lindo para tu país», cuenta el ex lateral.
Ahora, en vísperas de una nueva final, esta vez de la Copa América disputada en los Estados Unidos, mientras recorre las calles de Miami, el Conejo anticipa lo que será: «Colombia está jugando mejor que nadie, creo que es la selección que mejor jugó hasta ahora. Son finales, hay que jugarlas. A esta altura que venga el que sea».
-Messi y Di María hablaron de sus últimos pasos por la Selección. ¿Lo ves igual?
-Creo que eso lo sienten los jugadores. Lo más importante es saber cómo están y de ahí, ver qué ganas y fuerzas tienen para llevarlo adelante. Messi demostró siempre lo que es. Pasó por momentos duros, pero siempre se manejó con la misma tranquilidad.
La actualidad de Boca y River
Tarantini inició su carrera futbolística en Boca en 1973, donde destacó por su habilidad y determinación en defensa. Durante su estadía en la institución, marcó una época en el club y consiguió títulos importantes, como el Campeonato Nacional y Metropolitano en 1976, además de la histórica Copa Libertadores de 1977. Luego de romperla en Brandsen 805, el lateral parte rumbo a Inglaterra para jugar en el Birmingham City.
-¿Cómo lo ves a Boca futbolística e institucionalmente?
-Boca está muy bien institucionalmente, tiene un presidente que sabe lo que quiere, se preparó y se sigue preparando. Está en todo lo que le pasa al equipo, no sólo en lo futbolístico. Es un equipo que está en formación, están llegando jugadores nuevos, creo que va a formar un muy buen equipo. Boca es Boca, va a buscar lo mejor siempre. Lamentablemente está jugando la Copa Sudamericana, pero tiene que ir a ganarla.
-¿Qué relación tenés con Riquelme?
-Tengo una muy buena relación. Es una persona con la que podés hablar tranquilamente y te va a contestar. Es un tipo que le encanta el fútbol. Se preparó y está muy bien en Boca.
Del otro lado de la vereda aparece River, histórico rival del Xeneize, donde el Conejo también marcó un precedente. «Pasé dos años muy buenos en River, fui campeón dos veces. La gente me trató muy bien pese a mi carrera en Boca», afirma el ex futbolista que ganó el campeonato Metropolitano en 1980 y el campeonato Nacional en 1981 con la Banda.
-¿Cómo ves la actualidad de River?
–Tiene un plantel muy bueno y un técnico que apenas llegó lo sacó campeón. Ahora tuvo un bajón en donde no logró lo que todo el mundo está esperando. Cuando no se te dan los resultados, la gente se pone impaciente. River está preparado para todas las competencias. Demichelis sabe muy bien cómo es la gente, fue jugador de fútbol y ahora entrenador, la gente quiere ganar, se olvida muy rápido de lo que vos conseguiste.
-Por la Copa Libertadores, River enfrenta a Talleres donde también estuviste: ¿Qué pronóstico tenés?
-Van a ser dos partidos muy duros. Para mí, Talleres es de los mejores clubes de la historia del fútbol argentino. Tiene jugadores fantásticos y una hinchada buenísima. Son dos equipos que tienen una manera de jugar y ver el fútbol muy parecida. Va a ser muy complicado para los dos.