¿Cómo puede cambiar tanto un equipo de un mes a otro?, debe ser la gran pregunta que se hacen los hinchas rimenses. A mediados de marzo, en un gran marco en el estadio Nacional, el equipo de Tiago Nunes daba un golpe de autoridad, dejaba afuera a Huracán de Argentina y clasificaba con total justicia a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Luego de sortear con éxito dos eliminatorias, Sporting Cristal conseguía el primer objetivo de la temporada. En ese momento, uno miraba con ilusión el futuro rimense, incluso luego de conocer a sus próximos rivales: River Plate, Fluminense y The Strongest. El menos optimista, suelto de huesos, firmaba que su equipo iba a salir a competir en cada partido.
El problema es que, de ese combativo equipo, hoy solo queda el rastro. En cuestión de días, Sporting Cristal se desinfló. Le ganó en casa a Atlético Grau y Cantolao, pero sin convencer. Y luego llegaron los resultados negativos. Salvó un punto ante Deportivo Municipal con un hombre menos, y cayó ante Fluminense de local. Una derrota sin objeciones: el equipo brasileño fue superior de principio a fin, y los celestes se agarraron de un golpe de ilusión, incluso abriendo el marcador. El siguiente partido, ante Sport Boys en el Alberto Gallardo, pintaba como el ideal para volver a sonreír y recuperar la confianza, pero vino otra decepción. Y fue una antesala de lo que iba a ocurrir en el Monumental de Núñez.
Ante River Plate, Sporting Cristal pisó esa línea que dividía el hecho de hacer historia, o repetirla. Lamentablemente la aguja cayó del lado más previsible, en un partido que marcó y dejó secuelas. Desde la propuesta conservadora de Tiago Nunes, que se fue al descanso con el empate y un jugador más, hasta la falta de jerarquía y actitud de un plantel que, hasta hace poquito, había jugado con el cuchillo entre los dientes ante otro equipo argentino (Huracán). Por ello, ante Universitario fue la crónica de un declive anunciado. Prácticamente la repetición del segundo tiempo en Argentina, pero esta vez por duplicado en Ate. El resultado para los cremas quedó corto, gracias a algunas intervenciones de Renato Solís y la falta de puntería del equipo de Jorge Fossati.
Con esa mochila pesadísima, Sporting Cristal sale con la necesidad de recuperarse mañana ante César Vallejo para salir motivado ante The Strongest. Parece poco, pero ese partido ante los bolivianos en Lima es demasiado clave. Si el objetivo inmediato es seguir con vida en la Copa -ya sea en Libertadores o Sudamericana-, está prohibido perder ese partido en casa. Se trata de un rival directo, y contra el que los celestes deben apuntan a conseguir los seis puntos para seguir creyendo. Obvio, es el deseo institucional pero que hoy se aleja mucho de la realidad futbolística del equipo.
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