Un 0-0 cedido en casa ante el Espanyol precipitó la destitución de Fran Sánchez como entrenador del FC Barcelona con el exvicepresidente deportivo Jordi
Mestre como máximo responsable de la decisión. El mánager Markel
Zubizarreta eligió a Lluís Cortés, que formaba parte del cuerpo técnico como tercer asistente, y la apuesta por el de Balaguer no pudo ser más fructífera. No le dio para desbancar al Atlético de Madrid del liderato en aquella Liga pero sí para hacer historia y conducir al Barça a su primera final de la Champions League femenina. Tras echar al Bayern
Múnich en semifinales en una inolvidable despedida europea al Miniestadi, el todopoderoso Olympique
Lyon, campeón de 2016 a 2020, impuso su ley en Budapest (4-1).
Aquella misma noche, en el aeropuerto de la capital húngara, Cortés reunió a las capitanas y juntos se conjuraron para aprender la lección y volver cuanto antes a la final para ganarla: “Acordamos trabajar y entrenar más”. Dos años después llegó la gloria con una exhibición contra el Chelsea (4-0) en Göteborg y el primer triplete de la historia de un conjunto español femenino emulando a otros colegas como Pep
Guardiola y Luis
Enrique, que lo lograron con el primer equipo masculino en 2009 y 2015, y haciendo del Barça el primer club en conquistar Europa con hombres y mujeres.
Entre medio, cayeron dos Ligas recuperando el reinado cuatro años después tras una racha anterior de cuatro alirones con Xavi Llorens en el banquillo. También una Supercopa de España en 2020 con un 10-2 a la Real
Sociedad en la final que levantó ampollas en el rival pero que simplemente hizo honor al lema de Cortés: “Respetar al oponente es siempre competir al máximo”. Y esa forma de vida se ha instalado en su vestuario como llave del éxito para ir a tope en la Primera
Iberdrola con un título asegurado este curso sin haber cedido ni un punto. La única derrota fue ante el Atlético dos días después de levantar la segunda Copa de la Reina consecutiva. Esa autoexigencia diaria es la que ha llevado al Barça de Cortés a alcanzar el cénit en la Champions y situar el listón altísimo para su sucesor (misión complicadísima para Markel
Zubizarreta) y las jugadoras que seguirán en la plantilla.
El de Balaguer, firme candidato a ser elegido mejor entrenador del mundo por la FIFA a la espera de tener competencia tras los Juegos
Olímpicos de Tokio, lo deja con sólo siete derrotas y cuatro empates cedidos en 102 partidos oficiales y 388 goles a favor por 52 en contra. Con siete títulos en el palmarés, su cotización es máxima a sus 34 años. Se lo ha ganado.
Hace unos días y a raíz de las noticias surgidas sobre el equipo Lluis Cortés manifestó: «»Con tanta exigencia competitiva es normal que haya conflictos»