A lo largo del 2023, Jorge Fossati instauró en la ‘U’ el ‘chip’ de la línea de tres, fórmula que le terminó dando dio el título nacional. Sin embargo, plasmarlo en la blanquirroja supone una mayor complejidad. El tiempo con los jugadores será diferente, los tendrá solo una semana como máximo, 15 días en el mejor de los casos, y verlos poco tiempo podría ser contraproducente, en caso quiera trabajar con su clásico estilo. La otra posibilidad es que opte por la línea de cuatro, alineación que también conoce por su paso en la selección de Uruguay y Qatar.
¿Qué tan viable el 3-5-2 en la selección?
Históricamente, la selección peruana ha jugado más con cuatro defensores que con tres. El estilo de la bicolor siempre se ha acomodado al 4-4-2 o 4-2-3-1 en estos últimos tiempos. Fossati es más asociado al 3-5-2, por lo que entraría la primera duda para el técnico. El caso más reciente de Perú con una línea de tres fue con Juan Reynoso durante el amistoso contra Alemania. El recuerdo no fue grato y quedamos muy expuestos en ataque y defensa. Volver a apostar por esa formación traería riesgos, pero dependerá del ‘Flaco’ y de su poder de convencimiento.
Si bien el charrúa ha sido más permisivo en su faceta de seleccionador y ha usado más la línea de cuatro, plasmar el 3-5-2 sería un punto a su favor. De ser así, podría haber un bosquejo de alineación con Gallese; Corzo, Tapia y Callens atrás; como carrilleros, Advíncula y López; en la medular, Yotún, Aquino y Quispe; y arriba Lapadula con Carrillo o Flores. Salvo el ‘Pulpo’, ‘Lapa’ y ‘Yoshi’, el resto podría cambiar.
Lo que sí esta formación dejaría sin piso a los extremos, por lo que Fossati tendría que ver dónde ubicar a Bryan Reyna, Joao Grimaldo, Franco Zanelatto, entre otros. Lo más cercano a ello sería como carrileros, como lo usó a Andy Polo en la ‘U’; o en todo caso como segundo delantero detrás de Lapadula. Con el poco tiempo que tendría para conocer a los jugadores, los cuatro amistosos antes de la Copa América y los otros tres que sostendrá en el mismo torneo, optar por un 3-5-2 sería una apuesta suya o un riesgo, ya que dependerá de cuánto cale su idea de juego en los fútbolistas.
¿Y la línea de cuatro?
La otra posibilidad es que Fossati deje a un lado el 3-5-2 para poner una línea de cuatro clásica y más habitual en Perú. Si bien la imagen más cercana al ‘profe’ es con tres defensores; el otro esquema no le es ajeno, en especial con selecciones. A nivel de club, y con mayor tiempo con sus jugadores, sí ha tenido éxito con tres atrás; pero con ‘sele’ ha optado en el pasado por cambiar su estilo. Con Uruguay (2004) y Qatar (2016), el charrúa alineaba un 4-4-2, y 4-2-3-1, respectivamente.
Esta alineación sería la más indicada para la bicolor, en medio del contexto que vive, con poco tiempo de preparación y la fecha de septiembre a la vuelta de la esquina. El 4-2-3-1, que en su momento usó Gareca, sería el esquema ideal y con el que Fossati podría empezar a trabajar. Aquí los extremos sí tendrían cabida en sus posiciones naturales; Gallese estaría en el arco, Advíncula, Tapia y Callens de centrales, López por izquierda; en la medular, Yotún y Aquino; por las bandas, Grimaldo con Reyna; en el medio Quispe y arriba Lapadula.
Teniendo en cuenta que en cada partido nos jugaremos la chance de seguir vivos en las Eliminatorias, no hay tiempo para el ensayo. Usar un esquema ya conocido por los jugadores agilizaría el proceso de adaptación. De concretarse su designación, la última palabra y cómo se debería parar la selección la tendría Jorge Fossati.
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