Después del temblor, River de a poco intenta buscar la calma: la cena de la Fundación del martes por la noche con foto del plantel y los jugadores juntos y las declaraciones de futbolistas, directivos y del propio Demichelis en las últimas horas sirvieron para generar hacia afuera una imagen de compromiso de las partes que se había visto amenazada antes y después de la derrota contra Vélez por el Demichelis-gate. Pero hubo y habrá también secuelas de una tormenta que fue impropia de la paz que se vivió en los últimos años en el club.
Las filtraciones internas del contenido de charlas off the record del entrenador con periodistas que llegaron a oídos del plantel derivaron en más de una reunión entre el DT, que quedó en el centro de la escena, y los jugadores: Demichelis habló con varios de los referentes de manera individual y también con el grupo en general para intentar aclarar los tantos de un cortocircuito que llegó en medio de un mal momento futbolístico. Pero esas conversaciones, que luego incluyeron obviamente a directivos y parte de la estructura de fútbol, también derivaron en que el propio entrenador pierda a un hombre clave de su confianza.
El jefe de prensa de Demichelis, Ricardo Dasso, dejará su cargo en las próximas horas como resultado de los últimos acontecimientos. La mesa chica de la CD decidió el jueves pasado hacer un cambio en ese puesto estratégico que, en este caso, implica que el propio entrenador se quedará en el día a día sin el periodista, uno de sus laderos más cercanos.
Dasso fue notificado de palabra de esta decisión el viernes pasado, según aseguran en el club, pero hasta la noche del domingo seguía en funciones. De hecho, acompañó a Demichelis y a la delegación a San Nicolás para el amistoso que River le ganaría 1 a 0 a la Universidad Católica el sábado y continuó haciendo su trabajo. Aunque desde la CD anuncian que en las próximas horas se formalizará su salida: su cargo sería ocupado por hombres de la estructura general de Prensa del club.
Este episodio es otra secuela que impacta al propio entrenador después de lo que a la vista fue una falla de gestión y de conducción con sus propios futbolistas, que leyeron a través de las redes sociales distintas versiones que indicaban que el técnico había sido crítico con la actitud de su equipo en la eliminación de la Copa Libertadores o que había reafirmado la necesidad de un cambio generacional, algo que este mismo sábado se encargó de desmentir públicamente: “No me fijo en el DNI. A los referentes no los tengo para que me manejen el vestuario sino para jugar”, subrayó el DT un rato después de que Enzo Pérez contestara de manera elocuente a la consulta tras el partido vs. la Católica. “Sobre lo que pasó…Yo lo que hablo y dejo de hablar lo hago puertas para adentro, nada más”, enfatizó escuetamente el capitán.
Lo cierto es que la inminente salida del jefe de prensa del plantel es otra de las réplicas de un temblor que River intenta sobrellevar para recomponer el clima interno y para que eso se traslade, también, a la cancha…