El Roma del italiano Daniele De Rossi, finalista de la pasada edición, alcanzó este jueves los octavos de final de la Liga Europa de fútbol tras derrotar al Feyenoord neerlandés (1-1, 4-2) en un igualado partido que se decidió en los penaltis.
El Roma-Feyenoord es ya un duelo repetitivo en los dos últimos años. Y por ahora todos han caído de parte de los italianos, que ganaron a los neerlandeses la final de la Liga Conferencia en 2022, les echaron en cuartos de Liga Europa la pasada campaña y en esta en los dieciseisavos.
De Rossi celebró su primera victoria importante de su carrera como entrenador, aunque no sin sufrimiento, porque fue el mexicano Santiago Giménez adelantó al Feyenoord en el minuto 4 tras una acción rocambolesca en la que los locales pidieron mano. Todo sucedió muy rápido. Fue un centro desde el perfil zurdo que El Shaarawy despejó directo al hombro del mexicano. Un rebote que dio ventaja nada más comenzar el duelo.
Pero el Roma tenía el factor campo a su favor, sin un solo hincha neerlandés en la grada tras la prohibición del ingreso de aficionados del Feyenoord por parte de la ciudad de Roma tras los altercados recientes y encontronazos entre ambas -en la ida no hubo aficionados romanistas en De Kuip- y enseguida volvió a meterse en el partido.
Todo gracias a un remate de Lukaku que sacó la zaga visitante bajo los palos. A partir de ese momento, los de De Rossi fueron mejores en los primeros 45 minutos. Muy superiores, más frescos, con un Paulo Dybala desatado que puso orden en el centro del campo.
El argentino condujo a los suyos hacia el empate. Con su pausa, con su acierto, con su empaque y su precisión el Roma fue creciendo hasta que, tras una gran salida de balón, El Shaarawy recibió abierto en banda, levanto la mirada y encontró a Pellegrini en el balcón del área. El capitán la puso en la escuadra en el minuto 15 y los ‘giallorossi’ tomaron definitivamente el mando.
Pero todo el dominio y superioridad de la ‘Loba’ en la primera mitad dio paso a un segundo acto mucho más igualado, sin un dominador claro. Unos segundos 45 minutos en los que el partido pudo caer de cualquier lado y en los que el cansancio hizo mella, encaminando el duelo a una prórroga inevitable.
Las fuerzas escasearon en el tiempo suplementario y el Feyenoord fue ligeramente superior en los primeros 15 minutos, pero la entrada de Angeliño en el lateral izquierdo dio fuerza a los de De Rossi, que acabaron siendo superiores, merecedores de la victoria y con una doble ocasión de Lukaku que a punto estuvo de evitar los penaltis.
Sin embargo, ni Roma ni Feyenoord escaparon al juicio de los once metros.
Paredes marcó el primero de los romanos, al igual que Ueda para los de Roterdam. Lukaku falló el suyo, pero Svilar le salvó parando el de Hancko. Cristante lo puso en la escuadra y Svilar volvió a parar, esta vez a Jahanbakhsh. Aouar no falló y el Roma lo tenía en la mano. Hartman marcó, al igual que Zalewski, que decidió con su disparo. El Roma vuelve a los octavos de final.