Riestra: disciplina militar, búnker en La Candela y matriz Stinfale

Zona Oeste es su lugar en el mundo, aunque hace de local en el Bajo Flores. Deportivo Riestra se transformó en el segundo ascendido a la Primera División, detrás de Independiente de Mendoza, y tiene varios condimentos más que atractivos para contar.

Como primera medida, el cerebro de este ascenso meteórico, desde la D a la Liga en 10 años, es Víctor Stinfale. «Se mueve todo con su matriz», dicen en el club. El ex abogado de Maradona es el CEO de Speed, el sponsor del Malevo, y tiene pasado como futbolista profesional.

Así, el equipo realiza pretemporadas en las que los jugadores se levantan a las tres de la mañana, con cuatro turnos por delante. El año que viene, serán siete días en Pinamar previo al arranque de la Liga y allí sólo «harán arena», no tocarán la pelota. El entrenamiento, básicamente, es escalar las altas dunas de la ciudad balnearia.

Hay varios carteles con frases que invitan al orden y al sacrificio pegados por los pasillos de Speed, donde el plantel se reúne para utilizar el gimnasio y hasta practicar boxeo. «Víctor quiere que el jugador tenga postura física de boxeo, para chocar y para cuando lo chocan», dicen los responsables del tema.

«La matriz Stinfale», como dicen los propios jugadores, es que cada partido es una batalla, que la disciplina le gana al talento, que el futbolista debe ser un atleta y que hay que entrenarse incluso «hasta que alguno termine vomitando».

Sus logros, hasta el momento, le dan derecha. Por ejemplo, en la final del Reducido ante Deportivo Maipú, un equipo que armó un plantel muy caro, Riestra jugó con Goya como titular, el mismo que arrancó con los del Bajo en la Primera D. Al igual que Gotía, uno que nació en la institución.

Con sueldos al día y premios ante cada «conquista», palabra muy utilizada en los vestuarios, los jugadores que se adaptan a la «matriz» se potencian enormemente en la parte física y deportiva. En momentos pasados, incluso, el equipo tenía que hacer varios toques y llegar al gol pateando desde adentro del área. Es decir, no se podía patear desde lejos. Tampoco se le podía pasar la pelota al arquero ni tratar de hacer la personal gambeteando rivales.

«Acá somos un equipo, jugamos todos juntos». Aunque parezca la colimba, hace años que Riestra mantiene su plantilla base, lo que marca que los jugadores están a gusto, saben que se potenciaron, que crecieron a nivel deportivo y económico y ahora, encima, llegaron a la Liga Profesional por primera vez, para la mayoría, en sus vidas.

La Candela es un predio mítico del fútbol argentino, ya que pertenecía a Boca y allí se entrenaba en la época de Diego Maradona. Energy Group lo compró hace unos años y armó el Speed Camp, que está a disposición de Riestra. El complejo tiene tres canchas de césped natural impresionantes, dos canchas de pádel con paredes de vidrio, gimnasio, tres canchas sintéticas, espacio de arena, comedor, piscina y una casona cinco estrellas para que los jugadores puedan entrenarse y dormir allí. Por eso, muchos equipos de la Liga y del Ascenso suelen pasar sus días allí, en el partido de La Matanza.

Cuando Riestra se encierra en su complejo para prepararse, a los jugadores los despiertan con sirenas de bomberos, luego de las prácticas les hacen limpiar los vestuarios y los trabajos son, de mínima, en tres turnos. «El modelo de entrenamiento es del BOPE», aportan los preparadores físicos. Se trata de la exigencia a la que se somete el Batallón de Operaciones Policiales Especiales de Brasil. Sí, los mismos que incursionan en las favelas para detener delicuentes o instaurar el orden.

Dentro de Riestra, hay líderes claros, y que se pueden ver a simple vista. Uno es el capitán, Milton Céliz. ¿El otro? alguien que desde el banco de suplentes, y en el día a día, es sumamente importante para todos los que están en el Malevo. Se trata de Gustavo Benítez, un técnico más, pese a ser jugador.

Ambos charlaron con Olé. “Somos un club muy disciplinado. Hay una estructura muy buena, con un predio de Primera División, donde tenemos la concentración, tenemos tres canchas hermosas. Cuando llegué al club me sorprendí mucho. Tenemos todo. Acá crecés física y mentalmente. No cualquiera puede jugar en Riestra”, dice Céliz, una pieza clave del Malevo.

Por su parte, el Tata, quien se encuentra en el club de Bajo Flores hace varias temporadas, contó: “Creo que el público del fútbol nos apunta mucho por el suceso que pasó con Comunicaciones. Eso quedó marcado. Genera la molestia de la gente. Igual hacemos oídos sordos a eso. Ya estamos acostumbrados”.