Suele pasar que este tipo de torneos los de afuera lo terminan desprestigiando, como restándole valor. ¿Pero quién no querría hoy, del resto de los equipos de Primera, ser protagonista de esta finalísima de viernes a la nochecita en San Juan? Se llame copa, campeonato, o como sea, es el título de la competencia local. El que se pudo organizar y jugar en un contexto dificilísimo.
Con un formato novedoso, con puntos que por suerte sumaron para promedios y una fase final mucho más atractiva que los grupos, que recién sedujo más en las últimas fechas por la clasificación y después tuvo emoción y más que nada con las Varias definiciones por penales.
Todo Racing encima de Copetti y Chila Gómez, el día de la eliminación de Boca (foto Marcelo Carroll).
Esta es una final. “Y las finales son para ganarlas”, repiten muchos, como si no existiera en definitiva un perdedor. Ahora, este partido decisivo tiene significados muy diferentes para los dos equipos.
Para los dos es importante, sin dudas, pero hay un equipo, Colón, que puede vivir una bisagra en su historia. Pegó en el palo con la Sudamericana 2019, campañón. Y necesitar sacarse la espina, ganar por primera vez un título de Primera, coronarse como el rey del fútbol argentino. No es poca la presión para estos jugadores, que saben que pueden dejar su huella para siempre, de la mano del Pulga Rodríguez. Hay que estar ahí, ¿eh ?, con esa mochila.
Salvando las distancias, es algo que por ejemplo sufrió el City el sábado pasado. Otro mapa, otro poderío, pero el equipo de Manchester, con Guardiola, llegó por primera vez a una final de Champions y el título has sido mucho más emblemático, a lo largo del tiempo, que para el Chelsea, que ya había levantado el trofeo. ¿Si pesó ese pasado? Imposible saberlo, pero son datos a tener en cuenta, como este Colón que espera dar el salto de su vida.
Colón deja afuera a Independiente. El único que no necesitó ir a penales, el que mejor jugó (Marcelo Aguilar / Pool Argra).
Del lado de Racing es diferente, más allá de lo significativo que sería porque hace muy poco se sintió en crisis y con la banca de los jugadores a Pizzi, la sacó adelante y terminó finalista y ganando su grupo de Libertadores. Para el club sería alcanzar a boca en copas nacionales y, no menor, una estrella importante para el DT. Y un espaldarazo enorme a futuro, con jugadores que fueron haciendo ruido como Chancalay y Copetti, que entusiasman.
Más regular y con una idea de juego más clara con la impronta de Eduardo Domínguez, siempre dando batalla y tratando de jugar, así llegó Colón hasta acá, más que merecido. A los golpes pero guapeando de arremetida, Racing se coló a puro penal. Y cada uno se juega lo suyo, a su manera.