El semblante y la sensación es sin duda alguna de inconformismo. La alegría está presente en los seguidores del fútbol femenino, pues esas mujeres que en algún momento soñaron convertirse en profesionales en una época donde patear una pelota y jugar al fútbol para mujeres era mal visto, o hasta en unos casos más extremos, prohibido, ha llegado a su final de un tiempo para acá. Ahora son ellas las que nos ponen a soñar en un Mundial o en los Juegos Olímpicos.
No obstante, ese inconformismo se muestra cada vez más cuando ellas consiguen un logro histórico desafiando lo imposible. Linda Caicedo, de 17 años luchó por meter a Colombia a una final en Bucaramanga, y a su vez, a clasificar al combinado nacional a una justa deportiva más prestigiosa del mundo como el Mundial, y como si fuera poco, a los Olímpicos que se disputarán en 2024.
Es como si conseguir los objetivos no fuera suficiente para vencer los problemas a las que las mujeres que juegan fútbol se ven enfrentadas. Colombia iba a celebrar que por primera vez en la historia de la Liga Femenina BetPlay, tendría dos semestres, algo que tocó las puertas de la administración del torneo a principios del año. Sin embargo, con el tiempo, salieron los rumores de que no habría un segundo certamen en el 2022.
¿Qué ejemplo demuestra el país que es sede de una Copa América si no se respeta el trabajo de las futbolistas? Seguro que ahora se vanagloriarán como han hecho siempre por los logros del fútbol femenino sin ningún mérito. Pues hablamos de que son ellas las que luchan porque se valore la disciplina. Así fue en la Copa Libertadores del Atlético Huila en 2018, los Juegos Panamericanos del 2019 y la cantidad de espectadores que van a cada partido en Cali y alrededor del país.
La Liga Femenina BetPlay siempre se enfrenta a los rumores que quieren acabarla. Las profesionales con empuje y la casta que las caracteriza, logran demostrar resultados que hasta llaman más la atención que en el caso de los hombres que están sin clasificar al Mundial de Catar 2022. Ellos sí tienen Liga, y siempre la tendrán a diferencia de las mujeres.
Es triste ver a Linda Caicedo, Daniela Montoya, Catalina Usme, Diana Ospina, Lorena Bedoya, entre otras figuras de la nómina de Colombia completamente paradas en el segundo semestre del 2022. Catalina, Diana y Linda por lo menos tendrán Copa Libertadores, pero las demás no. Es sin duda alguna, volver a ese retroceso, a esa incertidumbre en la que solo Deportivo Cali y América de Cali disputarán el certamen internacional.
Seguramente las demás futbolistas que se desempeñan en el fútbol local no se quedarán quietas y entrenarán de la mejor manera para llegar al 2023 con competencia y con sesiones para preparar la cita mundialista, pero es evidente que mantener el ritmo sin competir es más que complejo para cualquier profesional.
El torneo que planteaba Fernando Jaramillo era hacer una Liga de por lo menos ocho clubes ante la baja de varios que no desearon participar en el segundo semestre porque sabían que nuevamente la excusa era la Copa Libertadores para no hacer un torneo digno como ellas merecen. Un certamen de solo dos meses porque en octubre hay que correr por la competencia internacional de clubes. Una payasada lo que quería el ente que regula el balompié colombiano.
La Selección Colombia Femenina entró al primer partido ante Paraguay agarrándose de brazos y extendiéndolos hacia arriba como señal de protesta por los malos tratos hacia ellas y el poco interés por parte de los dirigentes en hacer una Liga Femenina digna. Esto revitalizó la posibilidad de hacer una competencia justa en el segundo semestre, pero volvió a caerse.
Ahora, con el grito de que llegaron a la final, que clasificaron al Mundial de Australia y Nueva Zelanda de 2023 y a los Juegos Olímpicos de Paris, Francia 2024 tiene que ser ese incentivo para que de una buena vez hagan una Liga Femenina seria y no solo por cumplir. Si la Copa Libertadores del Huila y los Juegos Panamericanos no fueron suficientes, esta Copa América tiene que hacer de las suyas y tocar las puertas de la Dimayor.
Esta, llegar a la final, clasificar al Mundial y a Olímpicos es la mejor forma de protestar por garantías y una liga digna. ¿Qué mejor que protestar ganando y cumpliendo objetivos? ¿Hasta cuándo Colombia tendrá que callar bocas con títulos a nivel de clubes y selecciones para que se respete la Liga? Pareciera que esos gritos fueran ignorados cada vez más cuando se logra una meta. Ellas soñaron jugar al fútbol, y poco a poco, les están volviendo a cortar esos annhelos a futuras generaciones que ya dan de qué hablar clasificadas a las citas mundialistas Sub-17 y Sub-20.