Hugo Ibarra se paró frente a la prensa el miércoles luego de despedirse del plantel. Luego, en estos días, se sumaron sus ayudantes de campo. Primero Leandro Gracián y enseguida Roberto Pompei. Entre otras cosas, intentaron limpiar la imagen del cuerpo técnico y apuntaron al nivel de los jugadores. Pero Tito en particular, lo hizo con una honestidad brutal.
«Fue una experiencia buenísima más allá de que hubiésemos esperado que se extendiera por resultados. Pero cuando uno trabaja con profesionalismo y honestidad se tiene que ir satisfecho. Tengo esta sensación de felicidad de haber vuelto por tercera vez al club. Y no tengo bronca, sino amargura, porque cuando se hizo el sorteo de la Copa Libertadores era el momento de encarrilar los resultados«, arrancó Pompei en TyC Sports.
«Entiendo que los muchachos (del Consejo) estaban en una situación difícil a sostener lo que se venía diciendo, es muy difícil cuando se reciben tiros de todos lados. A veces coincidís y a veces no, cuando se habla de forma despectiva del técnico y del trabajo, porque estamos muy lejos los tres de ser talibanes de Riquelme y comeasados. Cada partido de Boca hay mucha gente implicada que trabaja, después en la cancha puede salir o no, te pueden dar los resultados. Coincido en que Boca no jugaba bien y podíamos mejorar, era lo que intentábamos hacer».
Boca Juniors – 31-3-2023
La charla de Pompei y Gracián con el plantel
Pompei, que ya había estado en el cargo interino en 2010 y volvió al club de la mano de Riquelme, entiende que las fuertes críticas tuvieron que ver más con las elecciones de fin de año que con el bajo rendimiento del equipo desde los últimos partidos del año pasado. «Era mucha la presión, todo lo que se venía diciendo. Sabemos que es un año particular en Boca, también sabíamos que muchos de los tiros no eran para nosotros, están buscando por elevación. Ante la derrota de local y el descontento de la gente, entendimos que había que buscar un cambio de rumbo. Solo tengo palabras de agradecimiento que me permitieron volver a trabajar en la Primera del club y agradecer a los jugadores que me dieron la posibilidad de entrar en una pequeña parte de la historia de Boca ganando un dos títulos», explicó.
¿Quién arma el equipo?
«Los asados y las comidas, jugábamos el senior y nos quedábamos. Después, teníamos un diálogo diario con los chicos del Consejo, podíamos hablar del equipo. Si estás en un club, normalmente con los dirigentes comunes te sentás y hablás, imaginate con gente que es del fútbol y sabe. Las charlas son del día a día. Después, si a un técnico en el mundo se lo ponen y sale a la cancha, igual ese jugador es del técnico porque sos vos el que decide si ponerlo o no. Fantasías hay muchas. Sí que vos estás estás obligado a hablar con estos dirigentes entre comillas que son el Consejo de Fútbol. Pero con Román en el día a día no hablábamos de fútbol, nunca nos dijo tiene que jugar Carlos. después, en estas charls, en este consenso, si el entrenador va a poner a uno y después pone a otro…».