El caso de Lucas Pusineri en Tigre fue uno más dentro de un fútbol que eyecta directores técnicos. Hace casi un mes que Martín Suárez (el nuevo presidente en Victoria, electo con el 76% de los votos) le comunicó que no quería su continuidad. Fueron solamente 108 días en el cargo. Poco menos de cuatro meses. Y después de un andar irregular, que lo tuvo peleando por no descender en la Copa de la Liga, Pusineri debió dejar su cargo a pesar de que tenía contrato hasta diciembre de 2024. Ahora, en diálogo con Olé, Lucas habla de todo.
-¿Por qué te echaron de Tigre?
-Fue una movida política, sumada a que no podían mantener una estructura económica bastante importante. Antes de las elecciones, me llamó Martín Suárez y me dijo que su comisión directiva no avalaba mi continuidad. Me sorprendió porque cuando nosotros asumimos me habían comunicado que el único objetivo que tenían era mantener la categoría. Habiendo logrado eso, queríamos armar un grupo nuevo para tener claro una mayor injerencia en la elección del plantel, pero no se pudo lograr.
-¿No fue por los resultados?
-Los resultados no fueron los que hubiese querido, pero yo no elegí a ningún futbolista de todos los que puse. Yo no armé nada. Me encontré con el equipo que estaba. Es más, cuando la directiva me llama al momento de contratarme, me dice: “Nosotros sabemos que nos mandamos unas macanas en el armado del plantel”. Porque se habían ido Retegui y Colidio, entonces el grupo carecía de gol. Los entrenadores anteriores también se habían ido porque no encontraban un resultado positivo. Entonces, cuando me llamaron a mí, me advirtieron que este grupo no estaba bien desde lo futbolístico y emotivo. Sabíamos que el grupo no estaba en buenas condiciones y tratamos de surfear la ola como pudimos para mantener la categoría.
-Entonces los resultados no tuvieron nada que ver…
-Eso a mí no me lo comentaron. Lo que me dijeron es que esa decisión se tomaba por política. Ellos se hicieron responsables del armado del plantel, de que el grupo no estaba bien y que el problema venía de antes.
-¿No hubo peleas de por medio?
-Para nada. Nunca hubo roces con la dirigencia y menos con los jugadores.
Un presente cortoplacista
-En 2023 se fueron muchos técnicos…
-El fútbol está muy raro. Pasó conmigo y con otros compañeros. Los procesos cada vez son más cortos.
-¿Por qué creés que ocurre esto?
-Hoy hay como un dinamismo en el que los entrenadores duran menos en su cargo. Uno tiene que convivir con estas dificultades. Lo más importante es dejar un buen legado, independientemente de si se logra salir campeón o no.
-Entonces solamente queda adaptarse y arriesgarse a que te contraten por tres, cuatro, fechas…
-Y, está a la vista que en el último campeonato fue así. Hoy hay un cortoplacismo para todos en el fútbol, porque cuando a uno le va bien quizá puede recibir el mensaje de un club más importante y abandonar. Es un fútbol mucho más reciclable y uno no va a cambiar esa dinámica, solo tiene que cumplir los objetivos que se propone.
-¿Sentís que Tigre solo te contrató para salvarse?
-Sí. Me pasó lo mismo en Atlético.
-¿Y por qué funcionó en Tucumán?
-Porque pudimos darles de baja a un jugador para que otro tuviera más minutos, o nos dieron la libertad de poder proyectar juveniles. La verdad del rendimiento de un equipo está en la injerencia que pueda tener un técnico en su armado.
-¿Y qué opinás cuando un técnico decide abandonar el proyecto?
-Cuando un club no suma puntos en cuatro o cinco fechas, el que deja el cargo es el entrenador. Y cuando el técnico muestra un buen trabajo, vienen otros clubes a buscarte. Por un lado o por el otro, hoy por hoy todo es como válido y hay que adecuarse a esta situación.
-Igual vos nunca te fuiste así…
-Nunca estuve desesperado por interrumpir contratos, por el contrario, tengo el respaldo de haber durado más de un año en Atlético Tucumán. La clave es trabajar en consenso con la parte directiva y con el foco puesto en objetivos razonables, en objetivos cortos y concisos.
Su futuro como entrenador
-¿Ya tuviste ofertas para volver a dirigir?
-Sí, tuve varias. Una de acá y dos de Colombia. Pero no me gusta dejar un vestuario un viernes y el lunes estar trabajando en otro lugar.
-¿Y cuál pica en punta?
-La que pueda ser sostenible como desafío que me permita meterme de lleno, poder soñar y tener injerencia en un plantel que sea propio. Voy a seguir buscando una institución me dé la seguridad para modificar el plantel.
Los números de Lucas Pusineri en Tigre
En total, el ex entrenador del Rojo estuvo 12 partidos al frente de Tigre: tres victorias, cuatro empates y cinco derrotas. Es decir, cosechó el 36,11% de los puntos. Con estos números, la dirigencia del Matador optó por interrumpir el vínculo y terminar con el ciclo de Pusineri.