La corrección que el VAR (Leandro Rey Hilfer, asistido por el AVAR Diego Romero) le invitó a hacer al juez principal Fernando Rapallini en la jugada en la que había cobrado penal a Barcia, fue acertada. Ante un remate al arco de Kevin Gutiérrez, Barcia salió a bloquear y giró protegiéndose del pelotazo, con el brazo encogido contra su cuerpo.
Cierto que el tiro le dio en el brazo, cosa que a primer golpe de vista, y cerca de la jugada, Rapallini vio, marcando el punto penal. Pero a la velocidad del remate, lo que no vio bien el árbitro es el punto de contacto y la posición de ese brazo. Barcia no salió a hacer el bloqueo con su brazo abierto, ocupando más espacio, sino con el brazo encogido, apretado contra el tronco. Eso no supone que haya asumido el riesgo de cometer la infracción de mano al ir a tapar el remate, como pide la regla.
Cuando Rey Hilfer lo invita a revisar la jugada en la pantalla, Rapallini ya sabe que, por protocolo, lo están llamando porque entienden que pudo haber incurrido en un error arbitral claro. En alguna ocasión, tras rever la acción mantuvo su fallo original; las reglas se lo permiten. Esta vez, con buen criterio, corrigió el error, como también le quitó la tarjeta amarilla (que habría correspondido si cobraba el penal, por interrumpir con la mano un tiro al arco) que le había sacado. Todo el proceso se resolvió en poco tiempo, sin necesidad de una demora exagerada para reanudar el partido.