A Nicolás Orsini no sólo se lo nota ilusionado, sino también emocionado. Así se advirtió en su semblante mientras recorrió cada rincón del club: desde las cancha de entrenamiento de Casa Amarilla, pasando por el salón de presidencia, los pasillos de la Bombonera y los vestuarios. El delantero de 25 años, quien llegó a Boca proveniente de Lanús, coronó el esfuerzo de toda una carrera. Y ahora está en el lugar en el que siempre quiso estar.
«Siento mucha felicidad, estoy muy contento. Se hizo esperar un poco, pero todo el esfuerzo de una vida gracias a Dios ha dado sus frutos», comentó el atacante. Hace 12 años tuvo una prueba fallida en el Xeneize, pero nunca bajó los brazos y, después de remarla por mucho tiempo, defenderá los colores de Boca. «Desde chiquito cuando veía los partidos y la clase de jugadores que había en estos clubes siempre se me pasaba por la cabeza y me ilusionaba con estar en algún momento haciendo lo que hacían ellos», recordó el futbolista.
Orsini no dejó pasar la oportunidad de probarse la camiseta de su nuevo club. En uno de los campos de entrenamiento lindantes al estadio, el delantero se puso la casaca azul y amarilla ante las cámaras del departamento de prensa oficial del club: «Tener la posibilidad de jugar en un club como Boca me llena de orgullo y felicidad».
El atacante ya firmó su contrato. (Foto: Javier García Martino – Photogamma)
LAS EXPECTATIVAS DEL DELANTERO
El punta está muy entusiasmado, pero sabe muy bien la responsabilidad y las obligaciones que implica jugar en un club de la dimensión de Boca, donde la vara de la exigencia siempre se ubica en lo más alto y no existe la posibilidad de relajarse: «Obviamente ser jugador de Boca no es fácil. Tenés que estar en un buen momento. Esperemos que se puedan seguir dando las cosas. Estoy seguro de que el club me va a ayudar a crecer y ojalá yo pueda ayudar al club también. Estoy con todas las expectativas y la ilusión de lograr grandes cosas «.