Ignacio Russo, 23 años, comenzó a jugar en Gimnasia y Esgrima de Rosario y en el futsal del club Social Argentino Sirio. También estuvo varios años en ADIUR, un club de la liga rosarina hasta que un día eligió ir a hacer una prueba en Central, ese club en el que su papá es ídolo, pero lo hizo sin que supieran en casa…
Los Russo, mano a mano con Olé
“Me testeé como uno más durante diez días hasta que llamaron a Miguel y le dijeron que tramitara el pase”, cuenta. Una particularidad es que Nacho no le dice “papá” a Miguel. Lo llama, directamente, como el mundo del fútbol lo conoce: Miguel. “O a veces hasta le digo Michael (en inglés). A mi mamá también le digo Cecilia o Chechu”, cuenta el hijo de Miguelito, pero que hoy ya es conocido por su propia carrera: debutó en la Primera de Central en 2020, a los 19 años, en la Copa Diego Maradona, ante Banfield, luego en 2022 pasó por Chacarita, en 2023 estuvo en Patronato y, actualmente, está en Instituto.
De hecho, en marzo de este año ambos se enfrentaron por la décima fecha de la Copa de la Liga: Miguel, como DT de Central; y Nacho, como delantero de la Gloria. Y tras la victoria 1-0 del Canalla, protagonizaron un emotivo momento en el túnel: Miguelito lo esperó a un costado del campo, lo saludó y caminaron juntos hacia los vestuarios. Ahí, conmovido, le pidió a Nacho que le regalara la camiseta que había usado en ese primer encuentro que los tuvo como rivales.
Al ser consultado sobre una posible apuesta entre ellos, Miguel respondió: “Si me hacía un gol, le cortaba la tarjeta de crédito, ja. No es normal que tu hijo juegue para el rival, hablamos mucho, le deseo lo mejor”. Y al borde la emoción, tiró: “Dios me pone todas estas cosas arriba de la mesa…”.
“Ufff, eso fue algo muy lindo, muy emocionante”, dice ahora Nacho, que cuenta que con su papá hablan mucho de fútbol. “Pero más que nada de padre a hijo. Él nunca me presionó. Siempre me dijo que intentara divertirme. Sí lo que me remarca mucho es que me cuide, que sea muy profesional. Y después, en cuanto a la faceta técnico-jugador, por ahí soy yo el que más le pregunto cosas o el que necesito que me diga algo o que muchas veces me contenga. Ese día que jugamos en contra, Olé sacó una linda nota y la tenemos guardada en la familia. En general, leemos mucho los diarios y hasta nos enteramos de alguna noticia de uno o del otro. Miguel se fija cuándo juego por Olé”.
Nacho y Miguel, amantes y fieles seguidores de Olé: «Nos pasamos las notas»
-¿Vos, Nacho, sos un lector del diario desde siempre?
-Sí, Olé siempre estuvo. Me acuerdo que, de chico, con mi viejo leíamos los diarios juntos o cuando él se juntaba a tomar café con los amigos yo me sumaba y era estar todos con el diario. De hecho, el primer recuerdo que tengo es de acompañar a mi viejo a los entrenamientos de los equipos en donde dirigía y en el vestuario ver siempre Olé ahí. En ese entonces, era fundamental para enterarse de lo que había pasado el fin de semana, en los días anteriores o para fijarse en las crónicas y la información de los rivales. Era estar atentos a los datos de cada equipo por si se les escapaba algo.
-¿Y ahora lo leés por la web o seguís con el hábito del papel?
-Hoy lo leo online, fácil tres o cuatro veces por semana me pongo a relojear y no solo las notas de fútbol sino de todos los deportes, porque soy un apasionado. Hace poco me suscribí al Olé digital. Lo que tiene Olé es que hace una buena síntesis. O sea, de un tema muy largo te la hace fácil para que puedas entender todo. Con mi viejo hablamos de noticias que pasan en el fútbol argentino, si alguno se va… O también cuando aparece algún jugador que suena en Central y llevamos un par de días sin hablar, le pegunto y él dice: “Sí, es verdad o no le creas a los medios, están mintiendo je”. Hasta a veces él me manda notas suyas viejas, para que yo las vea. O yo le mando notas que hice. Hace poco le mandé una entrevista que me hicieron en Olé para que me dijera qué le parecía y él también me pasa notas suyas para que yo le haga una devolución.
-Es tal cual -asiente Miguel-. Somos de mandarnos las notas. Yo soy más de ver el diario en papel. Claro, otra generación, ja.
-Sí -completa Nacho- últimamente estoy viendo bastante stream, que está de moda. Es que apenas abrís el celular ya te aparece y te enganchás, así que vengo consumiendo mucho stream. Pero ojo que me gusta mucho el diario papel, me encanta. Porque me acostumbré a verlo con Miguel. Pero, claro, si estoy en algún viaje o no puedo ver el papel, lo veo de forma digital.
-Me acuerdo -dice Miguel- de una producción que hicimos juntos para el diario. Lo tenemos guardado.
Esa producción de la que habla Miguelo es del 27 de marzo de 2020, cuando él era el técnico de Boca y Nacho jugaba en la Reserva de Central. “Me gustaría que algún día me dirija mi viejo”, fue el título de tapa de Olé de aquel día. Y ahí Nacho relataba la broma que le hacían los amigos de su papá. “Miguel jugaba de cinco y yo ni por asomo, siempre me gustó ser delantero. Por eso los amigos de mi papá aún me dicen: ‘Hacete un ADN, ja. Él le pegaba a todo lo que se movía y vos hacés goles. No se puede creer…”.