Inicia el Mundial Femenino, con toda la expectativa que genera una nueva cita orbital de esta competición. Esta será la novena edición del campeonato, que desde 1991 se viene disputando de forma continua, dándole mayor relevancia y cobertura al fútbol femenino.
La ilusión con la Selección Colombia es absoluta, pues el plantel de Nelson Abadía lleva preparándose de la mejor manera, desde que empezó incluso la Copa América, donde terminaron como subcampeonas.
Habrá rivales de altura, con más infraestructura, pero el estar entre las mejores del mundo ya es un galardón para enaltecer. El trofeo de la Copa del Mundo Femenina, ese galardón que se llevarán las mejores jugadoras del mundo, tiene una historia particular, desde los inicios del certamen.
Para las ediciones 1991 y 1995, disputadas en China y Suecia, el trofeo contaba con 38 centímetros de alto, con un peso de 9,4 kilogramos. Para 1998, el libanés William Sawaya rediseñó la copa, dejándola con 47 centímetros de alto y tan solo 4,6 kilogramos.
La copa está elaborada en plata, recubierta con oro de 23 quilates. Para la edición 2010 fue adecuada con una base en forma de cono, debajo de esta, están cada una de las selecciones ganadoras. Se estima que tiene un valor de 30 mil dólares. La selección ganadora se lleva el trofeo a casa y la FIFA elabora una nueva copa, caso contrario como en el Mundial masculino, que solo hay un trofeo original.