De celebrar el pase a la final de Europa League… a ser investigado. Los fiscales de la Federación Italiana de Fútbol remitieron a José Mourinho después de que se abre la investigación tras las palabras del técnico de la Roma contra el árbitro Chiffi tras el partido contra el Monza. La acusación es de «juicios perjudiciales del árbitro Chiffi y del movimiento del árbitro» con la violación de 4.1 y 23.1 del código de justicia deportiva. Ahora el técnico portugués será juzgado por la Audiencia Nacional Federal.
«Este resultado encaja con el peor árbitro que ha tenido en mi carrera y he tenido muchos malos»dijo Mourinho, furioso por la tarjeta roja de Celik cuando el tiempo se acababa. «Creo que el árbitro no influyó mucho en el resultado, pero es difícil jugar con él: técnicamente horrible, desde un punto de vista humano no es empático, no se relaciona con nadie, saca tarjeta roja a un jugador que resbala porque está cansado en el ultimo momento. Tenía que dar roja, se va a casa frustrado porque no me da roja porque no le di la oportunidad. Es un poco el límite de este equipo: no tenemos la fuerza que tienen otros clubes para decir ‘no queremos a este árbitro’. Terminé de entrenar a veinte o treinta minutos del final porque sabía que de lo contrario me habría expulsado», añadiría el luso, que apunta a ser sancionado.
Y es que el técnico de la Roma corre el riesgo de ser descalificado para uno o más partidos a menos que decida negociar y, en ese caso, solo podría salir con una multa.