Debutó con la camiseta de Newell’s, luego fue pieza clave en Godoy Cruz, fue al PAOK de Salónica de Grecia donde ganó tres títulos, pasó por Pachuca y el domingo tuvo su primer clásico ante el Pincha. A los 30 años, Rodrigo Rey parece un arquero mucho más curtido. Pero cuando habla mantiene esa frescura de sus inicios. Llegó a Gimnasia para tapar el hueco enorme que dejó Fatura Brown, aunque tiene experiencia para bancarse la presión. Y producto de las Inferiores millonarias, admite una deuda: «Fui a probarme por cinco días, quedé y llegué hasta la Reserva, así que me gustaría tener una chance en River«.
-Hoy la tenés en el Lobo. ¿Que te pareció el clásico?
-Si bien fueron claras, hubo muy pocas chances de gol para los dos. No hubo tanto juego, la cancha estuvo mala, el partido se dio para las pelotas largas y los centros, y ese juego no nos sienta bien …
-Zielinski declaró que «vinieron a meterse atrás …» ¿Fue así?
–No coincido para nada. En el minuto 10 tuvo la oportunidad más clara del partido y después, jugando 20 con un hombre menos, no nos quedó otra que tratar de cuidar el resultado.
-¿Cómo viviste el remate de Leandro Díaz? ¿Era más fácil meterlo que errarlo, no?
– Y, es cosa de él decir si era más fácil. Fue una jugada rara en la que rebotó en uno, en otro, en otro y le quedó ahí adentro del área chica. Cuando lo vi sólo me dije «me paro firme cosa que si patea en mi cuerpo, tenga una mínima chance de que me pegue y se vaya». Pero por suerte pateó al travesaño y fue un respiro.
-Sólo con que le hubieran acertado al arco habría sido suficiente …
-Sí, porque estaba muy cerca, era ideal, la que todo el mundo quiere que le quede, picando en el área.
-¿Vos hubieses metido el gol?
– Ja, ja, yo no puedo decir nada. Por algo voy al arco: soy bueno con las manos. Yo y cualquiera también lo hubiésemos podido errar. Si Messi erra goles, los podemos fallar todos.
-Empezaron a aparecer memes con el «fuá, el Diego» por el travesaño … ¿Te pudo haber dado una mano?
– No vi ninguno pero me dijeron que hay varios dando vueltas. Si fue el Diego, gracias por todo. Uno nunca sabe. No podemos descartarlo. Fue raro que Díaz esté solo ahí y la haya tirado afuera …
-¿Y qué le dijiste al Loco después del remate al travesaño?
– En broma, porque jugamos juntos en la Selección sub20, le dije: «Qué día, si no entra ésta, está complicado». Y sonrió. Son rachas. Así como a mí me pasa que hay días en los que me patean y me entran todas, hay otros en los estás con suerte y pegan en los palos. Y con los delanteros es igual: un día le pegan con el taco y entran y otros le dan al travesaño, ja, ja. Me pone contento verlo bien a Leandro y por su presente.
-La atajada a Manuel Castro, todo reflejo, fue decisiva …
– Fue una jugada muy rápida. Cuando me di vuelta del centro, ya está pegándole porque la agarró de primera y lo que me salió fue sacar el pie rápido. Por suerte la pude atajar. Fue reflejo.
-¿Qué hablaste con Andújar al final?
– Había alguien en la platea que estuvo todo el segundo tiempo puteando a Mellu (Matías Melluso) con la madre, la prima, todos los familiares. Terminó el partido y seguía. Entonces, le dije: «¡Ya está hermano, ya está el partido!». Mariano vino y me dijo: «Déjalo, déjalo, si no cuando vengan 30.000 mil hinchas ¿qué vas a hacer? Te vas a pelear con todos». Un genio …
-Gimnasia tiene que pasar a seis equipos para clasificar a la próxima fase. ¿Cómo la ves? ¿Sería un milagro?
– Tenemos bronca porque nos vimos muy golpeados por el tema del Covid-19. Fueron casi tres fechas en las que el equipo no pudo jugar completo y sabemos que la única chance es ganar y vamos a ir por eso con fe, no nos queda otra. Sería un milagro pero se puede dar …
-¿Te animás a un prometer algo?
-Bueno, si clasificamos camino en rodillas desde el arco hasta mitad de la cancha. Son 50 metros … Voy a quedar con hielo en las rodillas, ja, ja.