Cuando el cansancio es una de las preocupaciones más grandes para un jugador profesional de fútbol, Malcom Braida parece no tener muchos inconvenientes. En el encuentro ante Defensa y Justicia, el futbolista de 25 años alcanzó los 30 partidos consecutivos jugando desde el arranque: disputó 2646 minutos de los 2700 posibles. Jugó 26 encuentros por torneos locales, tres por Copa Sudamericana y uno por Copa Argentina.
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Para dimensionar un poco la relevancia de este dato, el último jugador con una estadística similar en SL fue Emanuel Más, que entre 2013 y 2014 disputó 50 partidos consecutivos de titular. Además, Braida es el jugador de CASLA con más minutos en cancha en el semestre: 1710 minutos en 19 partidos. Una alternativa que nació tras la salida de Fernández Mercau y hoy es una fija en el planteo de Insúa, que mantiene un récord histórico en lo defensivo, pero que le cuesta arriba.
Insúa estaba en lo cierto
Sin lugar a dudas, uno de los grandes aciertos de Rubén Darío Insúa fue este: pasar a Braida de 3. Un extremo que no terminaba de convencer en San Lorenzo, pero que cuando arrancó a jugar como marcador de punta cumplió prácticamente siempre.
Hoy por hoy, y desde hace tiempo, es el lateral izquierdo titular indiscutido de San Lorenzo, una posición que quedó vacante tras la salida de Nicolás Fernández Mercau al Elche. Pero a Braida no le pesó en ningún momento jugar allí y suele ser de los jugadores más destacados del Ciclón en cada partido, y uno de los más sobresalientes de la Liga Profesional en su puesto.
Es un futbolista que da una mano en todos los aspectos. Sube, baja, juega por dentro, por fuera, es firme en la marca, tiene algunas asistencias y la gran mayoría de las acciones de peligro del CASLA nacen en ese sector.
Además, hay que remarcar que el Gallego no tiene muchas variantes en esa posición. Solamente está Tomás Silva, lateral izquierdo de 20 años que apenas tiene siete partidos en Primera.
Casualmente, unos metros delante de Braida está Nahuel Barrios, otro que tiene un tremendo presente. Y la buena noticia para los de Boedo es que ambos se entienden a la perfección. Malcom suele correr los 90′ y le da una mano enorme al Perrito.
A veces le pasa por afuera, otras veces por adentro y las paredes que tiran entre ambos son constantes. Sin ir más lejos, en su último partido, el surgido de Instituto fue el 1° en toques (82), 1° en remates (2), 1° en intercepciones (3), 2° en pases en campo rival (22), 2° en quites de pelota (2), 2° en duelos ganados (11) y 2° en recuperaciones (8).
Cabe recordar que San Lorenzo tiene el 50% del pase de Braida, mientras que la otra mitad es de Instituto. Habrá que ver si el Ciclón toma la decisión de adquirir la totalidad de la ficha o deberá compartir los ingresos que le proporcione el jugador ante una posible futura venta. Por ahora, lo disfruta y mucho.