Cuando fue presentado en el CT Joaquim Grava, el técnico Fernando Lázaro dijo que rotaría menos en el primer equipo de la Corintios, pero no abandonaría del todo la rotación impuesta por su antecesor, Vítor Pereira. Con esa estrategia, los refuerzos contratados por Timão empezaron la temporada en el banquillo.
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Es importante señalar que el club alvinegro no fue agresivo en el mercado, prefiriendo el mantenimiento de jugadores cuya cesión estaba llegando a su fin (Maycon y Yuri Alberto) y ampliando el vínculo de deportistas que deben ganar espacio en el futuro (Carlos Miguel, Caetano, Adson).
De esta forma, la directiva se mostró asertiva y contrató únicamente a Matheus Bidu y Ángel Romero. El primero llegó para suplir la ausencia de Lucas Piton, vendido por cerca de R$ 16 millones al Vasco. Sin embargo, Lázaro viene dando preferencia a Fábio Santos, titular en cuatro de los cinco partidos del equipo hasta el momento.
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Así, Bidu solo fue titular en el empate sin goles con el Inter de Limeira, habiendo jugado el 20% de los minutos posibles de Timão en 2023.
Romero, en cambio, viene recibiendo más minutos, pero también solo tiene un título con Fernando Lázaro. Una de las razones que ayudan a entender esto es el cambio en el sistema táctico.
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Corintios jugó en 4-3-3, con dos jugadores abiertos a los costados. Con Lázaro, el equipo juega en una versión híbrida del 4-4-2, con más jugadores concentrados en el centro del campo en lugar de extremos.
Así, el paraguayo que llegó para suplir la ausencia de Gustavo Mosquito, que se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, jugó solo el 35% de los minutos posibles en lo que va de temporada. Tanto Bidu como Romero aún no han podido aportar goles ni asistencias para Timão este año.