Al Diablo le cayó una mano del cielo, pero no le resultó suficiente para apagar el Infierno. En un partido insólito, con bloopers, acciones increíbles, jugadas fuera de contexto, polémicas, golpes y un desarrollo cambiante, Independiente tenía los tres puntos servidos en bandeja, pero el triunfo se le escurrió de las manos y, para colmo, casi lo pierde en la agonía. El duelo entre el Rojo y Colón fue una atrapante película cuyo género es inclasificable: hubo momentos de suspenso, escenas bizarras, comedia dramática y un final en el que los hinchas que estaban en las tribunas sintieron terror.
Colón – 18-3-2023
Pierotti puso el 1-0 para el Sabalero
La cancha fue una caldera. Un volcán a punto de erupcionar. Se respiró un clima de tensión permanente y siempre imperó la sensación de que algo podía pasar. El Rojo tuvo que jugar en un contexto difícil. De entrada hubo aliento, pero en el estadio se percibe la sensación de que la paciencia ya se agotó y cualquier error puede detonar una silbatina. Eso generó un nerviosismo que se vio reflejado en el campo de juego en los primeros minutos. El equipo de Leandro Stillitano, quien se encuentra en una situación límite y hace equilibrio como puede en la cuerda floja, comete errores infantiles porque hay futbolistas que juegan condicionados por el temor a equivocarse.
Club Atlético Independiente – 18-3-2023
Los tres penales en el partido entre Independiente y Colón
Colón salió mejor plantado. Y pegó rápido con un gol de Pierotti luego de un pelotazo largo y un error garrafal de Laso en la marca. El defensor, que portó el brazalete de capitán ante las ausencias de Marcone (entró en el complemento) y Barreto, cometió una falla impropia de un jugador de su experiencia. A pesar del duro impacto, el local logró levantarse: Arrua le cometió a Gómez un penal evitable y Cauteruccio, uno de puntos más altos de este Independiente que naufraga en la mediocridad, no perdonó.
Un final de locos
La segunda etapa arrancó cuesta arriba para Independiente, pero en el momento más insospechado cayó un regalo: Chicco iba a hacer un saque de arco y Goltz tomó la pelota con la mano cuando ya estaba en juego. Fue un error inconcebible para un jugador profesional de 37 años. Giménez selló el segundo desde los 12 pasos y todo parecía encaminarse para el local. Sin embargo, la película que se proyectó sobre el césped de Avellaneda tuvo un desenlace que nadie esperaba. El Rojo se replegó demasiado, Stillitano puso a Barcia de lateral derecho para aguantar y la movida le salió mal: el uruguayo tomó de la camiseta a Ábila en el área y el árbitro señaló el tercer penal de la noche. Los hinchas se pusieron a rezar y Rey lo tapó, pero Wanchope metió el rebote y, en la última jugada, Neris casi le da la victoria al Sabalero.
Por si faltaba un condimento para hacer aún más bizarra esta historia, luego del pitazo final un hincha invadió el césped y gambeteó a los encargados de seguridad: fue el más habilidoso de una tarde en la que sobraron emociones pero igual faltó fútbol. Independiente lleva siete sin ganar y aún no se impuso de local en el 2023. No suma de a tres ni cuando le ponen los puntos en el bolsillo. Y la gente explotó.
