Cada vez son menos las franjas rojas y blancas desteñidas. Por encima de esa pintura desgastada, lo que se ven ahora son butacas grises. Donde no las hay, aparece un rojo y blanco brillante: en las plateas laterales, con más asientos rebatibles, y en las cabeceras, con un toque bien River (figuran las siglas del club y su año de nacimiento). ¿Qué quiere decir todo esto? Que la remodelación del estadio Monumental, un proyecto ambicioso que inició en agosto del 2020 y nunca se detuvo, está llegando a su fin. Que cada vez falta menos para ver su versión definitiva. Sin partidos por delante en el 2023, cuando los hinchas vuelvan a encontrárselo notarán las diferencias…
Primero, lo primero. Lo que está ahí a la vista. Los cuatro costados del Liberti, que pasaron por reformas, procesos de impermeabilización y lento pero incesante acople de asientos, ya lucen como en los modelos presentados digitalmente hace unos años. Al menos a grandes rasgos, porque quedan algunos puntos pendientes: todavía se ve una delgada línea carente de butacas en las plateas altas, que se dejó para mayor facilidad de movimiento de los trabajadores y se prevé que sea terminada a lo largo del próximo mes, mientras que en la Centenario Alta, donde se aloja a los hinchas visitantes en los partidos de Copa Libertadores, todavía falta impermeabilizar la zona del corralito para luego insertar las sillas.
Tampoco se descarta implementar un anillo digital 360 grados en los sectores altos, una tecnología que poseen estadios importantes a nivel mundial como el SoFi Stadium o el del Tottenham y que acompañaría a las pantallas panorámicas extra wide que reposarán en ambas cabeceras.
Las obras restantes en el Monumental
Aprovechando que no habrá competencia en los próximos meses (se volverá al ruedo recién a fines de enero con la Copa de la Liga), River seguirá adelante con las obras proyectadas con vistas a finalizarlas en marzo. Una de las refacciones más importantes es la del puente metálico, previsto para inaugurarse en los primeros días del 2024, que permitirá el acceso directo a la cancha desde las cocheras (esta obra incluirá ascensores y escaleras para descomprimir el hall de la San Martín y que la gente vaya directamente al anillo).
En febrero, en tanto, se encontraría terminada otra refacción fuerte: los palcos de la platea Sívori Media, por estos días cubiertos con maderas, lo cual da a entender que todavía no hubo grandes avances. Por esta reforma es que el Monumental, que llegó a un pico de 86.000 espectadores -ya hubo 48 llenos consecutivos, una racha que sigue sin cortarse, irá bajando gradualmente su capacidad hasta alcanzar los 84.567.
“Vamos a tener el estadio que siempre soñamos: es una obra que todos los hinchas quieren y esperamos hacerla posible”, dijo Jorge Brito, presidente de la institución, hace ya casi dos años al anunciar el inicio de una nueva etapa de las reformas. El tiempo le dio la razón. A poco de que acabe la remodelación, el Monumental ya es un sueño hecho realidad.