Mientras la mayor parte del plantel de River disfruta de unos merecidos días de vacaciones hasta el lunes luego de un semestre agotador con 38 partidos contando todas las competiciones, este jueves no fue un día más en el Camp: entre los cinco jugadores que se entrenaron para no perder ritmo y buscar su mejor forma física estuvo Manuel Lanzini, a quien se lo vio por primera vez la ropa del club en esta vuelta, si bien ya se había movido el martes.
Contento como desde el día de su llegada al país, el talentoso volante ofensivo surgido de las Inferiores participó de los trabajos físicos con pelota dirigidos por el preparador físico Ernesto Oriolo, algo que también hará el viernes. Por otro lado, finalmente se supo qué número usará: tras las especulaciones de algunos hinchas en las redes sociales, se confirmó que vestirá el 28 en su segunda etapa.
Sin embargo, Manu no fue el único que se movió en Ezeiza: Ramiro Funes Mori, Facundo Colidio -los otros refuerzos- y David Martínez también lo hicieron con el objetivo de estar al mismo nivel físico que el resto de sus compañeros. Junto a ellos, además, estuvo Bruno Zuculini, quien atraviesa la última etapa de recuperación de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió hace seis meses.
Unas mini vacaciones post eliminación
Más allá de que el relax no llega en un buen momento, el cuerpo técnico ya había tomado la decisión hace algunos días y no tuvo nada que ver la derrota en Porto Alegre. Y más allá del trajín que acumula el plantel entre la seguidilla de partidos, los viajes y las concentraciones, también se explica desde el punto de vista del descanso que tuvieron la mayoría de los equipos del fútbol argentino.
Salvo los que continúan en competencias internacionales (Libertadores y Sudamericana), el resto de los equipos tuvo jornadas de licencia antes de arrancar la mini pretemporada de cara a la Copa de la Liga. Además, en el CT saben que la dedicación y el compromiso de los jugadores es total, por lo que estos días de licencia simbolizan una devolución humana al esfuerzo. Por ejemplo, Nacho Fernández se perdió momentos familiares tras el nacimiento de su hija Oliva y Agustín Palavecino de acompañar con mayor calidad de tiempo a su mujer que está embarazada.