¿Qué tan lejos está Manuel Lanzini de River? En un principio, a 9.647 kilómetros, que son los que separan Buenos Aires de Marbella, donde el mediocampista de 30 años descansa en su casa de veraneo y mantiene desde hace semanas una rutina de entrenamiento post luna de miel, recién casado con Jennifer Reina, la madre de su hijo Valentino.
Esas distancias podrían achicarse de un momento a otro: en Núñez se mantienen expectantes sobre la decisión de un futbolista que desde hace años aparece mencionado en cada apertura de libro de pases. Aunque en ninguno de los anteriores, con la fuerza que tiene ahora: agente libre después de finalizar su vínculo contractual con el West Ham que tenía vigencia desde julio de 2015, hoy ML tiene mercado libre y cuenta desde hace varios días con una propuesta de regreso al club de sus amores que ya estaba latente desde hace varias temporadas.
La pelota, como siempre que entra a una cancha, la tiene bajo la suela el propio Lanzini. Y en River varios se hacen la cabeza. ¿Por qué? De entrada, porque para las aspiraciones del campeón en este caso no news is good news: aunque las principales ventanas de transferencias en Europa sigan abiertas hasta el 31 de agosto, que hasta el momento no le hayan llegado propuestas importantes del Viejo Continente más allá de sondeos desde España, Francia y Portugal se lee como una buena señal para las esperanzas, aún moderadas, del CARP. Y es que para Lanzini, fanático de River como pocos, el llamado del club no es uno más: por eso, mientras ya declinó una oferta muy fuerte en el plano económico de un club qatarí y agradeció pero rechazó el contacto del Vasco da Gama de un Ramón Díaz que siempre tuvo debilidad por él, la comunicación Núñez-Marbella sigue abierta.
Desde ya, eso no implica necesariamente que Lanzini vaya a volver ahora, pero sí que lo está considerando entre sus principales opciones. La llamada que recibió de un Leonardo Ponzio que fue su compañero está sobre la mesa y en estos días, con su representante Hernán Berman en Europa (viajó a cerrar el pase de Mateo Retegui al Genoa), la analizará más a fondo. Si hubiera luz verde, en las oficinas del Monumental trasladarán el deseo a números con una oferta formal acorde a un jugador de su jerarquía pero también adaptada a la realidad del fútbol argentino: en términos económicos, obvio, River no podrá competir con otros mercados.
(Instagram Lanzini)
No llega para la Copa
En cualquier caso, saben en el CT de Demichelis que, salvo un milagro, no será posible incluir al enlace para la serie de octavos de final de Copa Libertadores contra Inter: el viernes 29 es el corte parcial de la lista de buena fe, que volverá a ofrecer modificaciones antes de los cuartos de final. Claro, si River pasa al equipo de Porto Alegre ése será un incentivo más. Aunque para Lanzini siempre alcanzó y sobró una camiseta con la Banda roja: sus íntimos aceptan que no fueron pocas las veces durante todo este tiempo en el que vivió en Inglaterra que Manu fantaseó con regresar y con hacerlo en plenitud. “Las ganas de volver están, aunque depende de varios factores”, decía hace un año. Y es que más allá de los avatares económicos y deportivos lógicos, ML también deberá considerar el plano familiar, con lo que podría implicar un regreso al país tras casi una década afuera.
Por lo demás, no quiere generar falsas expectativas por el cariño que le tiene al club: hace poco más de un mes, su pareja denunció amenazas vía redes sociales de algunos hinchas que la acusaban de ser la responsable de una eventual negativa para volver.
Lo cierto es que hoy, mientras se entrena en el predio del Marbella Football Center con otros jugadores como Federico Fernández, Lanzini espera y piensa cómo sigue su carrera. Las puertas de River no están cerradas. En Núñez, él es el Manu of the Match.