Pasó hace quince años y se repitió hace cinco, como si fuera parte del ciclo de vida del arco azul y oro. La primera vez, en medio del Mundial de Alemania 2006, entre el codazo de Klose y el papelito de Lehmann, cuando el Pato Abbondanzieri aceptó una oferta del Getafe de España. Y la otra, a mediados del 2016, cuando la inesperada eliminación en semifinales de la Libertadores ante Independiente del Valle provocó una depuración que terminó con el ciclo de Agustín Orion. Dos momentos que pueden considerarse excepciones en la historia de Boca, porque cortaron con años sin preocuparse por el puesto de arquero en los mercados de pases y provocaron un inédito vacío que no se llenó fácilmente. Con respecto a este último, recién en 2018 llegaría alguien capaz de adueñarse de los tres palos: Esteban Andrada. ¿Y ahora que se fue?
Andrada le dio mucho a Boca, más allá de las dudas del final de su ciclo y el malestar por algunas actitudes internas durante la pandemia. Por sobre todas las cosas, le dio la tranquilidad que el club históricamente estuvo acostumbrado con grandes arqueros que se mantuvieron en el tiempo bajo los tres palos de la Bombonera. Ahora claro el desafío recaerá en dos que ya saben de qué se trata, pero no por eso la tendrán sencilla: Agustín Rossi y Javier García.
Para entender la importancia de Sabandija hay que revivir lo que pasó después de la salida de Orion, dueño del arco xeneize por cinco años.
Ese momento provocó una situación que Boca vivió muy pocas veces en 30 años. El Loco Gatti, Navarro Montoya, Oscar Córdoba, Abbondanzieri y el mismo Orion lo hicieron posible al convertirse en sostén de los diez compañeros que tuvieron por delante.
Una fue a mediados del 2006, cuando Abbondanzieri se fue al Getafe. Porque, salvo por el breve buen momento de Mauricio Caranta en la Libertadores 2007, nadie se afirmó: Lucchetti, Aldo Bobadilla ni el propio Javi García. Incluso un regreso del Pato no fue lo esperado …
Y se repitió diez años después, luego de la depuración por la eliminación ante Independiente del Valle. Guillermo Sara, Axel Werner y el mismo Rossi fueron quienes vivieron el vacío post Orion, sin conseguir afirmarse en dos años en el puesto que luego sería para Andrada.
La sucesión de Sabandija
La gran particularidad de esta sucesión es que los dos arqueros que quedan en el plantel vivieron esos momentos previos sin poder consolidarse a pesar de haber sido campeones. García atajó 45 partidos entre 2008 y 2011 y fue campeón en el Apertura 08, ese torneo que se definió en un triangular. Y Rossi estuvo en 62 entre 2017 y 2018, con dos vueltas olímpicas como titular.
¿Les servirá de experiencia? A ambos se los vio mucho más seguros en este nuevo ciclo, y la apuesta parece ser por ellos. Rossi, de 25 años, volvió a mediados del 2020, luego de estar a préstamo en Lanús, y poco a poco se fue metiendo en la pelea con Sabandija. Primero sumó partidos durante la Copa Diego Maradona, mientras los titulares jugaban la Libertadores, y después aprovechó la baja por coronavirus de su compañero para discutirle el puesto. A tal punto que Russo lo puso en la semi de la Copa de la Liga frente a Racing.
El regreso de García a los 34 años fue inesperado, pero atinado para cubrir el lugar de tercer arquero, después de una larga carrera en Tigre y un paso por Racing. De hecho, la serenidad que le dieron los años le permitieron mostrarse muy seguro las dos veces que el DT lo mandó a la cancha.
Ahora, todo quedará en sus manos. Literalmente.