El lunes, Gonzalo Higuaín luchó por contener las lágrimas al anunciar su retiro del fútbol profesional. El argentino de 34 años terminará la temporada actual con Inter Miami y luego pondrá fin a su condecorada carrera de 17 años.
“Es hora de que me despida del fútbol”, dijo Higuaín a los periodistas en Miami. “Es una profesión que me ha dado mucho. Me siento privilegiado de haberlo experimentado. Los buenos tiempos y los no tan buenos tiempos”.
Era apropiado que Higuaín hiciera referencia a que su carrera había sido una mezcla de altibajos. Su imagen en el fútbol mundial es compleja. Su estilo de juego bien pulido como delantero centro lo ayudó a ganar títulos al jugar tanto con Lionel Messi como con Cristiano Ronaldo, ganándose el respeto de dos de los grandes del fútbol de todos los tiempos.
Higuaín anotó un total combinado de 226 goles durante sus etapas con el Real Madrid, Napoli y Juventus, ganando un total de 13 títulos. Su temporada de 36 goles con el Napoli en 2015-2016 demostró que era uno de los delanteros de élite del mundo en ese momento.
Sin embargo, para muchos, Higuaín sigue siendo sinónimo de decepción en los escenarios más importantes del fútbol. Condujo a críticas mordaces en las redes sociales dondequiera que jugó, pero especialmente en Argentina. En España no fue lo suficientemente clínico. En Italia fue examinado por su peso.
“Eran muy estrictos con (el peso) en la Juventus”, dijo Higuaín a la cadena argentina TyC en junio. “Siempre había fotos mías por ahí. ¡Entonces marcaría 30 goles al año! Me encantó ver esas fotos porque sabía cómo iba a terminar la película”.
La confianza y el estilo de juego apasionado de Higuaín hicieron que pareciera que no se inmutó por las críticas. En realidad, como ahora revela, todo estaba afectando su autoestima.