Las negociaciones del contrato de Kevin de Bruyne con su club, el Manchester City, han sido noticia en todo el mundo durante la semana pasada Diario AS. El centrocampista belga ha tomado las riendas de su carrera con más firmeza y asertividad que nadie antes, encargando a una firma de datos que analice con todo lujo de detalles el valor que aporta al equipo de Pep Guardiola.
De Bruyne negoció con City junto con su padre, su abogado y dos miembros de su agencia, RocNation. Pero la diferencia entre él y otros futbolistas fue que su equipo no dirigió la negociación, lo hizo. Sus asesores estaban ahí para asesorar y nada más. El belga confiaba en que su valor para el equipo y el nivel de su desempeño ha aumentado desde la última vez que se sentaron a discutir términos.
No podía apuntar a los objetivos, ya que sus talentos se encuentran un paso atrás en el proceso creativo, por lo que utilizó las estadísticas y contrató a la empresa Analytics FC para usar Big Data para perfilar sus habilidades y también compararlo con otros jugadores. Evidentemente, el City se vendió por lo presentado, dándole a De Bruyne una extensión de contrato hasta 2025 y un aumento salarial del 30%, a unos 445.000 € semanales, que lo convierte en el jugador mejor pagado de la Premier League.
Como era de esperar, el resto del fútbol europeo siguió de cerca la negociación, y está destinado a cambiar la forma en que la élite de la élite, como el Barcelona y el Real Madrid en La Liga, negocian nuevos acuerdos con sus jugadores más importantes. Notable de cara a un verano en el que dos de los personajes más importantes del fútbol español, Lionel Messi y Sergio Ramos, no tienen contrato.