Dos partidos oficiales, dos mano a mano, dos finales, aunque una de ellas sea simbólica porque se trató de una semi. El caso de Sebastián Boselli en River es, como mínimo, curioso: cuando este viernes salte a la cancha como titular en el Trofeo de Campeones, le agregará minutos a un reloj de juego que solo acumula 90′, en la derrota por penales de hace 12 días ante Rosario Central, paradójicamente el mismo rival. O no tanto…
Porque el hecho de que haya solucionado y con creces las notorias dificultades defensivas que habían mostrado Santiago Simón y Andrés Herrera para marcar a Jaminton Campaz en el recordado 1-3 por la Copa de la Liga (en el primer y segundo tiempo, respectivamente) hizo que se volviera a ganar un lugar para este juego clave: si bien en contadas jugadas fue superado por el extremo más peligroso del fútbol argentino, lo cierto es que logró anularlo, reducirle los espacios al máximo y anticiparlo.
Superó la sobreexpectativa
«Hizo un gran partido, tenía que ser 100% agresivo en la marca y creo que lo hizo muy bien», lo elogió Demichelis después de su gran actuación, que lo llevó a ser de lo mejor de River. Un debut oficial, en definitiva, en el que este uruguayo de tan solo 20 años que llegó a fines de agosto superó la sobreexpectativa que había generado el propio entrenador en los hinchas por no ponerlo y haber priorizado otras variantes: muchos de ellos manifestaban en las redes su deseo de verlo en cancha, aún cuando ni siquiera sabían cómo jugaba o tenían noción de su paso por Defensor Sporting.
Uno en el que, además de referente joven (a los 18 años ya iba al banco con el equipo en la Segunda División de Uruguay), tuvo minutos como lateral derecho: se formó en esa posición en las Inferiores y jugó ahí cuatro partidos en la Primera del club, a pesar de que ya su puesto había sido modificado por el de primer central por sus características: gran potencial en el juego aéreo en ambas áreas, velocidad, potencia física e inteligencia táctica (le decían Patrón), virtudes que también mostró en la Sub 20 campeona del mundo.
De familia de universitarios y deportistas (su hermano Juan Manuel, cuatro años mayor, juega de delantero en el Pari Nizhniy Novgorod de Rusia), el hecho de que Boselli ya se haya ganado un lugar importante en la consideración de un puesto que sin dudas fue uno de los puntos más flojos del equipo lo posiciona como una variante apetecible pensando en el 2024. Tanto ahí como de primer marcador central, donde también podría brindarle una solución importante a Demichelis.
Pero primero lo primero: este jugador de finales, que por ahora no conoce otra cosa que un partido decisivo con la camiseta de River, se enfoca en nuevamente tener una buena noche…