En 2013, los clubes de La Liga acordaron reglas económicas específicas destinadas a garantizar la sostenibilidad de la competición.
Esto significa que todos los clubes tienen un límite en el gasto de sus jugadores, y en esencia no pueden gastar más en la plantilla de lo que ganan en una temporada.
Esto se conoce como su «límite de costo de plantilla» y se calcula deduciendo los gastos no deportivos proyectados de un club, como salarios y honorarios de agentes, y los pagos pendientes adeudados a otros clubes, de sus ingresos esperados para la temporada.
Los clubes envían su información financiera a La Liga, que revisa la documentación y verifica que los ingresos se calculen a valores de mercado, lo que significa que no incluyen acuerdos de patrocinio inflados, por ejemplo.
Sin embargo, si el límite del costo de la plantilla de un club se establece por debajo de su factura salarial total, no todos los jugadores de la plantilla pueden registrarse para jugar en La Liga.
Según se informa, el Barcelona actualmente no puede registrar al nuevo fichaje Olmo porque no tiene la capacidad requerida dentro de su límite de gasto, de ahí la necesidad de vender jugadores para hacer espacio.