Será otro día movido en Boca. Uno más. Uno de los tantos que se vienen dando en este tiempo sin paz, desde la eliminación de la Copa, el despido de Battaglia y la limpieza de Izquierdoz, para acá. En un miércoles que deberá absorber todo lo que pasó con el Rossi-gate (el duro descargo de su agente tras el no acuerdo por la renovación del vínculo y la fuerte reaparición del presidente Ameal, entre otros temas), habrá una práctica que puede definir el futuro inmediato del arquero y hasta se espera alguna otra voz oficial sobre el tema. A prepararse…
La mañana, entonces, puede empezar a definir cómo sigue esta historia. Al menos, de acá a Platense, el partido del sábado, que encima ahora empieza a tener otra trascendencia. Porque no sólo jugará Boca, que deberá recuperarse de la flojísima actuación ante Patronato. También jugará la gente. Porque como pasó frente a Estudiantes, la Bombonera volverá a ser el termómetro de esta situación: ¿apoyará otra vez con una ovación a Rossi o respaldará la decisión del Consejo de plantarse en una oferta para el arquero que considera «gigante»?

Ibarra y Pompei empiezan a definir el 11. (Juano Tesone)
Por empezar, el plantel se entrenará en la Bombonera y el DT empezará a darle forma al equipo que jugará ante el Calamar. En principio, si el tiempo lo permite, la idea es armar una práctica de fútbol que tendrá un plato súper principal: si Rossi juega o no para los titulares. Por lo pronto, tras un martes explosivo, quedó la información de que el arquero podría ser colgado, como pasó con otros casos en los que no hubo acuerdo por la renovación. Hasta el mismo agente del jugador dijo: «La impresión es que no juega más en Boca». Pero…
Este miércoles habrá una señal. Y con hechos. La decisión, está claro, ya no corre por cuenta de Hugo Ibarra. Como pasó con el Cali Izquierdoz, borrado tras el conflicto por los premios, si Rossi no juega será una bajada de línea de Riquelme y su Consejo. Y si se mantiene en el arco (una posibilidad que fue ganando terreno tras la calentura inicial post reunión del «no acuerdo»), esa bandera verde también habrá venido desde arriba.
¿Nueva voz oficial?
Como si fuera poco, también se espera en estas horas una nueva voz oficial desde el lado de Boca. Y no se descarta que sea el propio Riquelme. Si bien el lunes el que salió con el cuchillo entre los dientes fue el propio Jorge Ameal («No estamos de acuerdo en quebrar el club, pretendemos que Rossi reflexione», dijo entre otras cosas), la realidad es que el presidente no define sobre el fútbol del club. Por eso, lo que se espera esta vez es una declaración de uno de los integrantes del Consejo, presentes en la reunión.

Román y su Consejo podría dar este miércoles su versión del Rossigate.
Por lo tanto, la situación de Rossi podría tener nuevos capítulos, más allá de que muchos en el club creen que hay que bajarle la espuma a un presente de Boca que está en una crisis orgánica, de la que no se salva nadie.