JACK GREALISH y Nathan Ake disfrutaron besándose mientras los Wags se unían a los ganadores del triplete del Manchester City en el campo.
Sasha Attwood le dio a Grealish una palmada en los labios y la esposa de Ake, Kaylee Ramman, lo besó en la mejilla durante la glamorosa invasión de tono.
Erling Haaland se envolvió en una bandera británica mientras posaba junto al trofeo de la Liga de Campeones con su novia Isabel Haugseng Johansen.
Y muchas parejas se tomaron selfies en el césped de Estambul después de que la victoria por 1-0 sobre el Inter de Milán vio al City igualar el triplete de 1999 de los vecinos del United.
Se podría perdonar a Haaland por verse tan satisfecho de sí mismo, ya que anotó 52 goles al ganar la Premier League, la FA Cup y ahora la Champions League en su primera temporada en Inglaterra.
Pero la sonrisa más grande provino de Ines Tomaz mientras se arrodillaba con su esposo Bernardo Silva para agarrar cada uno una manija del trofeo.
Kalvin Phillips casi igualó esa sonrisa, a pesar de ser nuevamente un suplente no utilizado.
El presentador de Inglaterra sonrió mientras pasaba el brazo alrededor de su compañera Ashleigh Behan para una selfie mientras sostenía su medalla de ganador.
Mientras tanto, el técnico Pep Guardiola abrazó a su esposa Cristina Serra y a su hija María.
La mirada satisfecha de Guardiola incluía tanto alivio como alegría, ya que la gloria de la Liga de Campeones era lo único que faltaba en sus siete años en el Etihad.
ESPECIAL DE CASINO – LAS MEJORES OFERTAS DE BIENVENIDA DE CASINO
El español, de 52 años, ganó dos veces la máxima competición de clubes de Europa a cargo del Barcelona, pero se quedó en blanco con el Bayern de Múnich.
El suplente de la primera mitad Phil Foden, que sustituyó al lesionado Kevin de Bruyne, posó respetuosamente con el trofeo junto a su compañera Rebecca Cooke.
Pero la novia de la infancia del gran jugador de Inglaterra fue un paso más allá que los otros Wags.
Rebecca no solo llevaba un top de la ciudad, sino que también pintó sus colores blanco y azul pálido en sus mejillas.
Esa es una prueba más de que los héroes de Guardiola no se quedan con la cara roja, como habrían sido ridiculizados si no hubieran podido emular el famoso triplete de Alex Ferguson con el United hace 24 años.