“Mi familia me dice que estoy un poco loca”, exclama entre risas Eva Díez Giménez. Esta catalana de 37 años es posiblemente la única mujer en el deporte español que, al margen de calzarse cada semana las botas con su equipo de fútbol del Levante Las Planas, se coloca también los guantes de boxeo para saltar de los terrenos de juego al ring. Literalmente.
“La verdad es que no paro, siempre de un sitio a otro. No sé de dónde saco las horas pero de momento llego a todo. A veces creo que el cuerpo ya no da para tanto…”, explica. Lo cierto es que la delantera compagina cada día los entrenamientos de boxeo en el gimnasio Hop Hop de Esplugues de Llobregat con las sesiones vespertinas de fútbol en el Levante Las Planas, donde se ejercita con sus compañeras al más alto nivel. A todo ello, por las mañanas, trabaja como comercial de frutas y verduras en Mercabarna. Una vida ‘non stop’.
A nivel competitivo, la temporada no podía haber ido mejor. Su equipo acaba de ascender este pasado fin de semana a Reto Iberdrola, la segunda categoría del fútbol femenino, junto a Elche, Betis B y Pradejón. Ha sido un desafío mayúsculo para un conjunto que quiere seguir creciendo.
La delantera catalana empezó a jugar de muy pequeña. “Empecé en la Unió Deportiva Polvoritense en equipos mixtos porque entonces no existían los femeninos”, relata. Llegó incluso a jugar en la Primera División femenina. Hace ya ocho años, cuando tenía 29, su vida dio un vuelco cuando un amigo le instó a probar el boxeo. Era verano y estaba parada, con unas ganas tremendas de hacer deporte. ¿Por qué no?, se preguntó. El caso era hacer algo. Pronto vio que se le daba muy bien hasta el punto de que se convirtió en campeona de España de boxeo amateur en 2019. De ahí decidió dar el salto al boxeo profesional.
Tras un primer combate de gran éxito, el pasado 20 de marzo, mañana sábado afronta su segunda pelea en el Ciudad Badia con un cartel de lujo en que Eva es uno de los grandes reclamos.
“A mi familia lo que le da miedo es que me hagan daño, que me pongan un ojo morado… Por suerte aún no me ha pasado. Sí es cierto que he jugado partidos de fútbol aún marcada de algún combate pero poco más”, destaca Eva, quien no tiene reparos en bromear con que “las rivales en el campo deben pensar: ¡cuidado, que ésta pega fuerte! jaja…pero realmente no me tienen más miedo que a las demás”.
Sabe que pronto deberá escoger entre el fútbol y el boxeo porque “el cuerpo ya no da para tanto”, admite, aunque de momento ambas pasiones la tienen atrapada. “¿En qué se parecen ambos deportes? Pues en que los dos te exigen dar lo máximo de ti misma”, sostiene esta deportista que triunfa allá donde va.