«Tengamos mucho cuidado porque nos van a bombear”. Eso fue lo que escribió un futbolista de Independiente en un grupo de Whatsapp del plantel antes del partido ante Barracas Central (2-2). Eso era lo que muchos sospechaban en Avellaneda cuando fueron notificados acerca de la designación del árbitro Pablo Dóvalo (dirigió al Guapo en 24 partidos, de los que ganó 11, empató 10 y perdió apenas tres) y de Luis Lobo Medina a cargo del VAR. Eso fue lo que finalmente sucedió en el estadio Tomás Ducó, donde las decisiones del juez perjudicaron al Rojo. Eso fue lo que hizo estallar a Carlos Tevez, los jugadores, dirigentes e hinchas. Eso fue lo que llevó al entrenador a analizar la posibilidad de renunciar a su cargo.
Las horas pasaron y el termómetro de Carlitos sigue al borde del estallido. La bronca perdura. El técnico fue contundente el martes por la noche: “Si la dirigencia no me apoya me voy”. Por eso los directivos tuvieron que acudir de inmediato para controlar un poco las llamas del incendio y evitar daños mayores. El presidente del club, Néstor Grindetti, fue este miércoles por la mañana al centro de alto rendimiento del club en Villa Domínico para dialogar con el entrenador. Y lo acompañó una comitiva compuesta por los integrantes de la mesa chica que se encarga de la toma de decisiones. Estuvieron el vicepresidente Carlos Montaña, el secretario general, Daniel Seoane, el representante de socios Cristian Ritondo y Jorge Damiani, quien no tiene cargo pero forma parte del círculo del poder. La conversación duró dos horas y media y las autoridades de la institución le brindaron un respaldo absoluto al Apache. En esa charla Tevez les planteó que no iba a bajar el tono de sus declaraciones. Los dirigentes le respondieron que tendrá libertad para opinar, pero también le advirtieron que ellos iban a intentar ser más diplomáticos para no romper la relación con la AFA ni con su presidente, Claudio Tapia. En el club quieren evitar llegar a un punto de no retorno con Chiqui ya que, según cuentan por lo bajo quienes ejercen el poder, el capo de la calle Viamonte suele ayudar con anticipos de dinero cuando las instituciones están apremiadas en lo económico.
La conferencia de prensa posterior que brindaron el técnico y los dirigentes reflejó una dualidad discursiva que fue consensuada previamente. Tevez fue beligerante. Lejos de recular, redobló la apuesta. Grindetti, en cambio, hizo equilibrio. “Sigo insistiendo en que nos robaron. No voy a cambiar mi versión. Lo que veo, lo digo”, arrancó Carlitos, quien el martes por la noche protagonizó un cruce feroz con Pablo Toviggino, tesorero de la AFA. Un intercambio en el que ambos se revolearon carpetazos a través de la red social X. El hombre cercano a Tapia disparó a quemarropa y con una importante carga de ironía: “Memoria eólica”. Carlitos contraatacó: “Enterrar los bolsos que trajiste de Qatar y de los amistosos en China. Memoria Alí Babá”. El entrenador luego desligó al club de ese conflicto: “Lo de Toviggino es personal, lo arreglamos en Twitter o donde él quiera”.
La escalada llegó a punto tal que Tevez pensó en armar las valijas y marcharse, pero el respaldo de la comisión directiva lo convenció de seguir. “Si lo que digo perjudica al club tengo que dar un paso al costado”, avisó el técnico. E insistió: “Yo me voy tranquilo a mi casa y no hay problema. Cuando llegué dije que el escudo tiene que estar por encima de todo. Si veo que perjudico al club, doy un paso al costado”.
Carlitos está en llamas. En varias ocasiones planteó que nada ni nadie lo va a callar. El entrenador mantenía una muy buena relación con Tapia, pero sintió que le metieron la mano en el bolsillo y no se contuvo. “Yo no le debo nada a Chiqui y él no me debe nada a mí”. El conflicto dejó a Tevez inmerso en sus cavilaciones. El sábado dirigirá a Independiente ante River y desde el club aseguran que va a seguir, de mínima, hasta el final del torneo. El Apache tiene contrato con el Rojo hasta fines de 2026. Un vínculo que fue rubricado a principios de diciembre del año pasado y que tiene cláusulas de salida unilaterales fijadas para cada receso estival. “No me veo dirigiendo mucho tiempo más en el fútbol argentino. Uno viene a sumar y no a restar. Me tengo que plantear si quiero ser parte del sistema. Si querés, te tenés que bancar todo. Si no, tenés que dar un paso al costado. Y si lo querés cambiar, tenés que hacer una revolución”, expresó el entrenador.
En un tono mucho más conciliador, Grindetti marcó el pulso de la postura institucional: “Hemos sido perjudicados con el penal que no se cobró y la expulsión no sancionada. Pero esto es así, tenemos por delante el partido con River. Vamos a trabajar para que estas cosas no ocurran. ¿Si voy a hablar con Tapia? Voy a hacer todo lo posible para defender a Independiente. Si eso implica hablar, por supuesto que lo haré. Voy a defender este tema con la vehemencia del caso. Yo no discutiría tanto una interpretación, sino el hecho de que el VAR no actuó”.
La política nacional no se quedó afuera. Hasta Javier Milei avaló una crítica a la gestión de Claudio Tapia mediante un reposteo en su cuenta de X. Tevez intentó mantenerse al margen y no caer en esas arenas. El entrenador la siguió en sus redes, donde volvió a mostrarse desafiante: “Ni macrista, ni kirchnerista, ni libertario, ni lo q quieran poner. Esto no es político. ¡Este es Carlos Tevez! Ni chorro, ni policía contra los títeres. ¡Y quien quiera subir al ring, donde quieran!”.
La onda expansiva de las bombas de Carlitos aún no se detuvo. Y nadie sabe hasta dónde puede llegar.
Denuncia penal contra Tevez y polémica
«Fue una buena tarea. Tengo los fundamentos técnicos y consideraciones para avalar lo que digo. Ahora están saliendo los videos de ese partido porque no tenemos absolutamente nada que ocultar”. Así, con estas palabras, Federico Beligoy comenzó su defensa a Pablo Dóvalo por su arbitraje en el partido entre Barracas e Independiente.
El Director Nacional de Aribtraje consideró que el juez del encuentro acertó en las dos jugadas que reclamó Independiente. El Rojo pidió la expulsión de Alexis Domínguez por una dura patada a Iván Marcone en el primer tiempo y luego un penal por mano de Carlos Arce. “Lo que sucedió es un jugador que se estira a jugar el balón. Producto de que lo quiso jugar, el pie hace impacto en el balón y le hace saltar el pie. Choca con la punta del botín la pierna del jugador de Independiente. El árbitro la vio tal cual y la describe. El VAR, con sus consideraciones, son las mismas que el árbitro. Es una jugada de interpretación, por eso no es claro y obvio”, remarcó Beligoy en TyC Sports, alusión a la acción pasible de tarjeta roja. Y también opinó sobre el penal que reclamaron los dirigidos por Tevez: “Si un chico en el fondo de su casa pateó una pelota, sabe que esa jugada nunca puede ser penal. Y explico por qué no fue penal. Porque la pelota viene rebotada de su propio cuerpo, porque hay una cercanía notoria entre el cabezazo del jugador de Independiente y el jugador de Barracas. Porque lo está tomando y desestabilizando. Porque los dos están saltando hacia el balón y pierde noción del lugar en donde se encuentra el balón. No hay un movimiento de la mano hacia la pelota. Siempre la pelota va hacia la mano”. Dóvalo no fue parado y el sábado dirigirá Central – Instituto.
También trascendieron los audios del diálogo del árbitro con el VAR, a cargo de Lobo Medina. “No es roja porque es un roce”, dijo Dóvalo sobre la patada de Domínguez a Marcone. “Cabeza y le pega por acción de juego. De la cabeza del atacante a la mano, Pablo (Dóvalo). Nada, de nada. No hay distancia, no hay nada. Le cae en la mano la pelota”, expresaron desde el VAR en relación al penal.
La Asociación Argentina de Árbitros publicó un comunicado mediante el que anunció una denuncia contra Tevez por sus declaraciones sobre Dóvalo. ”Expresó graves términos que calumnian, injurian e incitan a la violencia”, planteó el texto. Y anunció: “Iniciaremos las correspondientes acciones legales en sede penal y civil por los daños y perjuicios ocasionados”.