La clave para intentar establecer si fue penal o no el que Fernando Rapallini le cobró a Independiente y definió el partido con Vélez tiene dos aristas: una es factual y la otra, interpretativa.
Factual: ¿toca Giannetti a Cauteruccio? Sí: busca la pelota, pero el delantero le gana la posición anteponiendo su pie izquierdo, para protegerla mientras la pisa e inicia un giro. ¿Ese toque es dentro del área? Sí, aunque inicialmente Rapallini creyó verlo afuera y cobraba tiro libre. En la revisión desde Ezeiza, Leandro Rey Hilfer, desde el VAR, le avisa que fue adentro y, como eso también es factual, allí no hay nada que interpretar, el juez no tiene que ir a ver la pantalla: recibe la información y modifica su fallo de tiro libre por el de penal.
Rapallini había tardado en pitar la falta porque la pelota salió hacia Giménez con chance de convertir, pero cuando Valentín Gómez le quitó la pelota (llegó antes, sin falta), la ventaja no se concretó y el juez volvió atrás. Ese procedimiento fue correcto.
Pero, ¿también es correcto castigar como infracción ese contacto? Allí entra la parte interpretativa. En la que el VAR no se debe meter si no tiene la convicción de que pudo haber un error “obvio, claro y manifiesto” del juez de campo. Por lo general, si el árbitro cobró y ven un contacto, no superponen interpretaciones.
Club Atlético Independiente – 28-8-2023
El VAR cobró penal y Matías Giménez lo cambió por gol
Rapallini estaba muy bien ubicado, cerca y con vista directa (a pesar de lo cual erró el lugar, porque cobró afuera), y le dio entidad de falta al toque entre los zapatos de Giannetti y Cauteruccio. La pregunta es: ¿tuvo ese contacto la intensidad como para mover, desestabilizar o provocar un dolor en el rival? Cauteruccio completa su giro, la pelota le queda larga y cae despatarrado… hacia atrás. Su caída no parece en modo alguno provocada por ese roce. El que pierde la estabilidad es Giannetti, que llegaba tan exigido y blandito a la disputa que, al encontrarse con el talón afirmado del rival, tropieza y se va de rodillas hacia adelante. No parecía venir con la fuerza como para generarle molestias a Cauteruccio.
La jugada tiene algún punto de comparación con el penal que Darío Herrera le cobró a Sandez contra Solari en el final del último superclásico, que también generó gran controversia y terminó con el árbitro sancionado por Federico Beligoy. Ya veremos si suspende también a Rapallini. ¿Cuál sería la diferencia, si en ambos casos el defensor intenta jugar la pelota, el delantero llega primero y se genera un contacto?
La diferencia es la intensidad de ese contacto: hemos considerado que aquel fue penal porque Sandez esperaba afirmado para rechazar la pelota y terminó aplicando a la pierna del rival la fuerza que le iba a poner a la pelota para rechazarla, más allá de la exageración de Solari en la caída.
A Giannetti, en cambio, la pelota se le estaba alejando, debió estirar el cuerpo y el pie para tratar de llegar antes que Cauteruccio y, exigido y mal sustentado, apenas habría llegado a tocarla si el atacante no hubiese antepuesto su pie. Es con esa fuerza, o con esa debilidad, que el pie de Gannetti se encuentra con el de Cauteruccio, y aquí radica nuestra diferencia de interpretación con la de Rapallini: todo indica que para él, ese contacto generó la caída o dificultó la posibilidad del delantero de continuar la jugada.