Una bomba. Hace tiempo que en River saben que el Diablito Echeverri, futbolísticamente, es eso: una explosión de fútbol en estado puro a punto de estallar en el fútbol grande. En las oficinas del Monumental tienen claro que su impacto en el Mundial Sub 17 fue apenas un anticipo del boom que vendrá. Y de ahí la inquietud por desactivar una situación incipiente pero que, de prolongarse, puede dejar sus esquirlas.
La atención en el tema es proporcional a la proyección del protagonista. Y es que, de no alcanzar un acuerdo en las charlas para extender el primer contrato con vencimiento el 31 de diciembre del 2024, la joya (cumplirá 18 años el 2 de enero) podría comenzar a negociar su futuro como agente libre a partir del 1° de julio. Precisamente eso es lo que se está intentando evitar.
Y aunque en Núñez olfatean que la situación no será sencilla, no descartan que el fanatismo por River del talentoso producto de la cantera pueda terminar equilibrando la balanza para lograr la foto que todos -hinchas, dirigentes y cuerpo técnico- desean ver pronto.
Al mismo tiempo que las conversaciones se suceden para blindarlo con una clásula que duplique a la actual (u$s25.000.000), hay clubes europeos que siguen con extremada atención la situación. Y si bien ninguno movió sus fichas hasta ahora, de acuerdo con lo que pudo confirmar Olé, pispean el panorama con la misma guardia alta que manejan en River.
El Manchester City, por ahora lo tiene en análisis exhaustivo
Manchester City, por caso, a quien los medios europeos describen al acecho ante la oportunidad que podría implicar la coyuntura del jujeño, junto con otros gigantes de billetera generosa como el Real Madrid, PSG o Milan, por el momento solo está analizando con detenimiento al Diablito junto a otras tres perlas que brillaron en el Mundial de Indonesia (dos de ellas africanas y la otra, europea).
Si Echeverri llegara a pasar la sucesión de filtros que aplica el hoy tercero en la tabla de la Premier, en Manchester podrían usar la misma receta que con Julián Álvarez: no llevárselo por la cláusula sino mediante una negociación, acaso dejándolo otros seis meses en Núñez al cabo del final de su vínculo, e incluso siendo socios de una futura venta. Y no para Pep, que se irá dentro de un año y medio, ni para los ciudadanos: el Girona aparecería como trampolín.
Pero eso es hipótesis. La realidad es que, para el City o cualquier supuesto interesado, el jugador que más ilusiona a los hinchas millonarios implica una inversión que genera ciertas dudas. Porque se trata de un enganche, posición poco utilizada en las ligas top, y porque aún no tuvo recorrido en la Primera. Mejor para River, donde se escucha el tic, crack, tic…