Cada técnico llega con su librito bajo el brazo y en el caso del Muñeco tiene capítulos exigentes. Desde el regreso de Marcelo Gallardo al club volvieron a predominar los ejercicios en campo con pelota por sobre el gimnasio y los espacios más amplios en el fútbol reducido. Intensidad es una palabra que define al DT, pero Julio Chiarini, un ex River que lo conoce bien, remarcó en qué aspecto hace mayor hincapié en los entrenamientos.
«Se molestaba mucho cuando controlábamos mal la pelota y hoy hace foco siempre en eso. El fútbol es muy rápido, el jugador controla y con el mismo control se saca un hombre de encima hace la diferencia. Marcelo insistía en eso”, detalló el arquero que colgó los guantes el año pasado a sus 41 años.
“Hacía mucho reducido a un toque, a dos toques. Buscaba que el jugador se perfeccione en ese sentido. Lo que más inculcaba era el control de la pelota y era lo que más le molestaba», agregó en charla con TNT Sports.
Sin embargo, ese no es el único ítem que pretende Gallardo, porque más allá de lo técnico está claro que lo físico es primordial y la base de su estilo de juego: «Exige que todos estén concentrados, que todos corran. Era una hora, horita y cuarto, muy intensa. El profe de River también, es durísimo. En lo personal creo que fue mi mejor etapa desde lo físico”.
Por otro lado, Chiarini, campeón de la Sudamericana 2014, la Copa Libertadores 2015, la Recopa y la Suruga Bank (también en ese último año), también resaltó el manejo de grupo del Muñeco y todo lo que le dejó en lo personal: «Lo que más me sorprendió es que los tiene a todos bien. Había muchas figuras, eran todos importantes, pero no tenía problema de sacar a nadie y ninguno se enojaba. Eso era la bueno y no pasa en grandes instituciones del mundo. Los que tienen mucha trayectoria por ahí te lo hacen saber, pero ahí el que salía, agachaba la cabeza y salía a trabajar”.
El paso por River
En el 2014, y gracias a un gran nivel en Instituto, Julio Chiarini, de la mano de Marcelo Gallardo, llegó a River. En aquel entonces, el arco de Núñez, estaba ocupado por ni más ni menos que Marcelo Barovero. Siempre que Napoleón lo necesitó, el actual Gimnasia de Jujuy respondió y de buena manera. Pero, el buen momento de Barovero era tal, que los minutos de juego para Chiarini eran pocos.
Esto lo llevó a tomar la decisión de dejar el Millonario, para pasar a Sarmiento de Junín. Elección la cual, posteriormente, dijo que estaba arrepentido de haberla tomado. En total jugó 19 partidos con la casaca de River: «Nunca me pude recuperar de ese golpe. Me había costado mucho llegar y tomé la decisión de irme por calentón. No me dejé ayudar”, reconoció.