El emotivo mensaje de Luca Langoni tras su año de debut en Boca

«No fue de la noche a la mañana, esto fue de poco a poco». El sueño de cada juvenil que viene de las Inferiores de un club es el de debutar en Primera y asentarse como lo hizo Luca Langoni en Boca, con goles clave que sirvieron para darle el título de la Liga. Pero antes de lograr ese primer objetivo en su carrera profesional, siempre hay que recorrer antes un duro camino lleno de obstáculos. Y hoy, a la distancia, el pibe sensación del último tramo del año lo dejó bien claro.

La foto de un Langoni muy chiquitito, con ropa de Boca que parecía quedarle enorme, empieza a explicar la frase que escribió el delantero en el posteo en su cuenta de Instagram desde que terminó la competencia hace ya varias semanas. Y la otra foto que eligió, besando el trofeo de la LPF, completa el concepto. En el medio, todo el esfuerzo y sacrificio para ir creciendo paso a paso en el club.

«Sos un crack», le comentó Marcelo Weigandt. «Máquinaaaa», agregó Cristian Medina. «Mini Luca», escribió la cuenta oficial de Boca. Y hasta Yamila Rodríguez, estrella de las Gladiadoras, le dedicó unos aplausos.

Nacido el 9/2 y no el 2/9 como decía en todos lados cuando apareció en Primera, su papá Eduardo eligió llamarlo Luca en honor a Prodan, el legendario líder de la banda Sumo. Se crió junto a sus hermanos Franco y Julieta a 20 cuadras de la cancha de Laferrere y, aunque tiene un departamento en Loma Hermosa, se queda seguido en la casa de su mamá Jaqueline, donde además de estar más cerca del predio de Ezeiza lo miman con sus platos favoritos. «Me pide fideo con tuco y de postre arroz con leche, se criaron con comidas de antes», contó la madre en su momento.

Fue a los cuatro años que empezó a jugar en el club Central Norte de Laferrere, el mismo que tiempo después pasó a llamarse La Liga del 24. Ahí lo vieron y «le dieron una tarjetita para invitarlo a una prueba» en Boca, a la que fue junto a su hermano mayor, que «no se halló y dejó, son distintas personalidades», según explicó Jaqueline.

Lo curioso de la historia de Luca en el fútbol es que en sus primeros años en el club jugaba de lateral derecho y luego también lo hizo de volante por ese sector, dependiendo del entrenador de turno. De hecho, fue de número 4 que en 2014 hizo el gol en una final Sub 12 ante Colo Colo en un torneo en Goiania, Brasil. Y ya en juveniles, Langoni se fue afianzando como extremo en una muy buena división que tenía a Agustín Sandez (el único que está desde un comienzo junto a él), Cristian Medina, Equi Fernández y Exequiel Zeballos.

Luego, apareció la mano de la fortuna que necesita todo juvenil, en su caso muy vinculada a la suerte y a la desgracia de Zeballos. Primero, porque ganó protagonismo en la Reserva cuando el Changuito dio el salto a Primera. Y después, al espacio que dejaron las salidas de Toto Salvio y Cristian Pavón, y la lamentable lesión sufrida por el Chango ante Agropecuario, además de las que atravesaron Norberto Briasco y Sebastián Villa. El destino, le dicen.

Pero con la chance adelante, Langoni no la desaprovechó. Dos goles a Atlético Tucumán para una remontada clave para el título, otro a Colón en el partido siguiente y después Godoy Cruz, Quilmes, Gimnasia y Sarmiento, todos para ganar partidos muy importantes en el sprint final del el año deportivo. Y a fin de cuentas, levantar el trofeo y cerrar el primer capítulo de su historia.