El 28 de abril pasado, la Corte Constitucional del Ecuador despenalizo el aborto por la causal de violación. En medio de todos los males y problemas del momento, parece esto “una mancha más del tigre”. Pues no es así. Cómo Jurista Pro Vida, conocedora del campo, de los procesos de aceptación y legalización del aborto en otros países, puedo afirmar que esto marca un paso sin retorno en el desmoronamiento de las Garantías de la Persona. Así comienza la cadena anti vida: hoy es el no nacido; después será el anciano (eutanasia) y/o el discapacitado. Mañana podría ser cualquier otro, de tal religión, raza, sexo o cualquier otro distintivo.
Pareciera que este razonamiento es exagerado, pero no es así. Se ha perdido la Seguridad Jurídica de las personas en nuestro país. Y eso significa remover la primera piedra de la garantía moral y legal de la inviolabilidad de la vida. Ahora ya se admiten excepciones. Por lo tanto, el derecho no es absoluto.
Y la Constitución ecuatoriana tanto en su Articulo 45 como en el 60, garantizan absolutamente el derecho a la vida desde la concepción.
Me cabe el honor de ser hija de la Dra. Olga Reyes, quien motivara en el Pleno del Congreso de 1978 para que se consagre en nuestra Carta Magna este derecho. Tan importante que la Constitución de Montecristi lo mantuvo. Presidentes y Asambleas lo respetaron y ahora la Corte Constitucional, impulsada por activistas pro aborto nacionales y extranjeros, borran en una votación, por demás apresurada y ligera, una garantía tan importante.
El Movimiento Pro Vida y Pro Familia de Ecuador, así como todos sus ciudadanos conscientes no descansaremos hasta que no se revoque de alguna manera está decisión.