El mediocampo es el sector neurálgico de un equipo de fútbol: cuando funciona bien, todo fluye porque los defensores y delanteros potencian su nivel. En cambio, cuando algo anda mal se produce el efecto contrario que, a su vez, se traslada al resto de las líneas. Justamente, River presenta este último diagnóstico en la previa del Súper: en el 1-1 contra Banfield mostró cierta fragilidad en el medio y es el punto que precisa ajustar Demichelis con decisiones que en todos los casos implican riesgos.
El entrenador contó que antes de recibir al Taladro probó todas las variantes que tenía para formar el doble cinco del 4-2-3-1 que eligió para suplir la baja de Borja: ensayó con Fonseca-Villagra, Aliendro-Villagra y Aliendro-Fonseca, que fue la que salió a la cancha, además de que ambos jugadores son los que llevan mayor continuidad en ese puesto.
Ahora, como el nivel de esta dupla no colmó las expectativas tanto por la falta de solidez y de rigor físico en la marca como en la distribución, Demichelis analiza una alternativa que le brinde mayor equilibrio defensivo y desequilibrio ofensivo. Porque el nivel de Fonseca no termina de convencer y sus errores en la salida se pueden pagar súper caros. Porque Aliendro está muy lejos de su versión top de 2023 y porque Kranevitter está recuperado del desgarro pero sin competencia.
La opción del estreno de Villagra como titular asoma como la más diferente, principalmente por el poder de quite del ex Talleres. Aunque si bien Rodrigo sumó 48’ en tres partidos en River (18’ ante Excursionistas, 23’ en Tucumán y 7’ contra Riestra), su último juego desde el inicio fue el 26 de noviembre. Un dato que puede ser relevante en la evaluación del MD.
Entre nombres y esquemas tácticos
Otra variante factible para el deté es apostar por un solo cinco de marca con Nacho Fernández como socio, ya que el Cerebro ha cumplido esa función y en la pretemporada explicó que se siente más cómodo con los espacios, el panorama y el contacto fluido con la pelota que tiene “arrancando unos metros más atrás”.
De hecho, una posibilidad similar es que Demichelis apueste por un 4-3-1-2 con Nacho y Barco como internos para colaborar con el tapón en la recuperación y hacer relevos en el retroceso, además del valioso y habitual aporte de ambos en la gestación de ataques y finalización de jugadas.
Que Micho se incline por este dibujo dependerá también de si decide volver a poner dos delanteros dependiendo de la recuperación de Borja. A la vez, el DT tendrá que optar entre Mastantuono y Echeverri como enganche para completar el triángulo creativo con Nacho y Barco delante del 5.
River todavía está en el proceso de sucesión de Enzo Pérez y De la Cruz en el eje central del equipo. Y a pesar de que se fue acomodando incluso con las bajas de Kranevitter y Lanzini por lesión y de que está invicto en 2024, la sensación es que le falta un salto de calidad en el medio para partidos de altísima talla. ¿Será Villagra el indicado? Sería una decisión delicada para Demichelis, pero no de mayor riesgo que las otras alternativas que maneja para lograr su tercera victoria al hilo contra Boca, y nada menos que en el Monumental.