Cuando Martín Demichelis reconoció inesperadamente que “me sigo sintiendo con fuerzas para lo que viene”, el deté coló sorpresivamente en la agenda un tópico por el que ni siquiera le habían consultado: su continuidad en River. Casi como si necesitara aclararlo, buscó exhibirse entero en un contexto de desaprobación que no desconoce y que se potenció aún más luego de la eliminación de la Copa de la LPF.
Demichelis sabe bien que cuenta con apoyo interno pero también entiende que el año de “la transición más difícil de la historia del club” culminará con un Trofeo de Campeones que tendrá dos lecturas. Porque una derrota potenciará el descontento mientras que una victoria difícilmente maquille los golpes -y errores- de 2023.
El deté tampoco desconoce que la vara en año próximo estará más alta, que el inminente recambio por las salidas latentes (Nicolás de la Cruz, Enzo Pérez, Jonatan Maidana, Emanuel Mammana…) rediseñará el plantel, dejándolo sin algunos generales. Y transformará al futuro River en “su” River. Un equipo que tendrá su primera gran prueba en la Copa Libertadores. Con todo eso por delante, Micho insistió en que tiene “la total entereza y fortaleza para agarrar el auto e ir al River Camp” a trabajar.
Y deberá hacerlo: el primer desafío será reconquistar a la gente. Demichelis mismo reconoció que “el hincha de River está acosutmbrado a exigir ganar”. Pero lo curioso es que ni los éxitos lo han blindado: Demichelis llevó a su equipo a ganarle a 28 de los 31 rivales que enfrentó y marcó más goles que ninguno, pero eso no le alcanzó.
Arrollador por los puntos, River estuvo flojo en los cruces eliminatorios
Tampoco le bastó con ser campeón. Porque River flaqueó en los mano a mano ante rivales de su talla (Talleres y Central terminaron 2° y 3° en la general, más Inter de Porto Alegre) y su año quedó largo por las eliminaciones prematuras de la Libertadores y la Copa Argentina. Porque cayeron las filtraciones de sus charlas en off con periodistas cayeron mal adentro y también afuera. Todo eso no lo ha derrotado sino dado fuerza para “lo que viene”, que no será fácil sino más exigente.