Qué tan especial fue la visita de Demichelis antes de la vuelta de la final por el ascenso frente al Nástic, Sergio?
-Fue un honor. Además de que es amigo y sobre todo una leyenda aquí en Málaga, tuve el placer de poder entrenarlo y de tenerlo como compañero en el cuerpo técnico de Míchel. Tenemos una relación, tanto personal como profesional, brutal. Y la charla fue de un gran enriquecimiento. Nuestro contacto es muy directo. Lo sigo, tanto cuando estaba en el Bayern como en este gran reto en River que es el sueño de su vida, porque siempre lo ha dicho. Creo que es una de las mejores personas y, por sus conocimientos, de los mejores profesionales que me he encontrado.
Alcanza con nombrarle a Martín Demichelis para que Sergio Pellicer, el entrenador del Málaga, disfrute de cada palabra que dice en esta charla con Olé. Con la felicidad todavía a cuestas por el agónico ascenso de su equipo a la Segunda División de España, con ese emotivo gol en el último minuto del alargue que rápidamente se volvió viral, en cada frase y en cada palabra refleja la admiración que siente por el DT de River, quien de vacaciones en Marbella aprovechó para visitar a un viejo amigo.
-¿Fue solo una charla de circunstancia o pudieron profundizar en alguna cuestión?
-Él siempre es muy interesante: hablamos de cosas personales, de ideas de entrenamiento, de cómo queremos trabajar, de gestión de grupo, de nuestras experiencias… Hablar con Martín… Él es una enciclopedia, siempre lo digo. Es de las personas con las que me dan más ganas de hablar. Aprendés mucho. En este mundo del fútbol y de los entrenadores, en el que hay mucha rivalidad, nos tenemos que abastecer y enriquecernos de los demás. Por eso, siempre que es posible, tenemos una charla o tomamos un café, aunque por la distancia ahora hacía mucho tiempo que no podíamos.
-Si sos cabulero, va a tener que repetir en otro momento similar…
-Sí, ya le dije que cuando volvamos a estar en una situación así, tiene que venir, ja. Martín tiene eso de que cuando habla, transmite, le da emoción. Me dio muchísima energía. Y en eso me siento identificado con él: vivimos de una manera más apasionada. Sentimos y sufrimos más que lo que disfrutamos.
Pellicer, un castellonense de 50 años, ya era el ayudante de campo principal de Míchel en el Málaga cuando el hoy DT de River se sumó al cuerpo técnico después de anunciar su retiro, a mediados del 2017. Por eso lo conoce a la perfección: en ese año calendario de trabajo, compartieron desde habitación hasta diversas charlas futbolísticas, pasando por momentos personales importantes y consejos de vida. No fue casual, entonces, que antes del juego más importante de la temporada haya invitado a su gran amigo al entrenamiento…
-Cada cierto tiempo nos mandamos mensajes y esta vez le escribí para ver cómo estaba, a lo que me respondió que disfrutaba de unos días en Marbella. Y ahí lo obligué, le dije ‘pues tienes que venir a verme’, ja. Además, aquí en Málaga es muy querido, hay gente del club que él conoce y siente también como una segunda familia. También fue importante para los jugadores, porque se trata de una leyenda que estuvo en esa época de Champions. De hecho, cuando entró al vestuario, todos corearon su nombre. Esas cosas unen. Muchos lo vieron cuando eran niños y Demichelis es uno de sus ídolos. La plantilla actual tiene mayoría de jugadores de cantera, que eran alcanzapelotas cuando jugaba Martín. Verlo para ellos fue algo único. Son sueños que se convierten en realidad…
-Se habrá puesto feliz por el ascenso.
-Sí, por supuesto. Hablamos por teléfono, me felicitó y conversamos del partido, de todo lo que habíamos visto y de lo que se había vivido.
-Su primera experiencia en un cuerpo técnico fue a tu lado. ¿Le vislumbrabas una carrera como la que está haciendo?
-Desde ahí ya tenía madera de líder. Transmitía las ideas como un líder. Era muy respetuoso y lo que más me impactó fue los conocimientos que tenía, cómo se los transmitía y explicaba al jugador y cómo los llevaba a la práctica, además de la humildad. Ya percibíamos que él era algo diferente a todos esos jugadores que luego quieren ser entrenadores. Veía el fútbol muchísimo mejor que la media. Eso me chocó muchísimo, porque no dejaba de ser un ex jugador que estaba haciendo su primera experiencia en un cuerpo técnico…
-¿Recordás alguna anécdota puntual?
-Sí, claro. Una de las cosas que más me sorprendió pasó algunas semanas antes de retirarse, cuando perdimos contra el Alavés como local en la última jugada por un pase que le interceptaron. Al llegar al vestuario, lloraba como un niño habiendo sido una leyenda. Lo intenté tranquilizar y ahí me dijo que dejaba de jugar al fútbol. Y luego, ya como compañero de cuerpo técnico, me acuerdo cuando Míchel le trasladó su primera tarea, un ejercicio defensivo, que viendo cómo lo transmitió y ejecutó y cómo los jugadores la entendieron, pensé para adentro que teníamos a un gran entrenador entre nosotros.
-¿Ese cuerpo técnico mantiene grupo de WhatsApp?
-No, ya no tenemos, pero sí mantenemos una comunicación cotidiana. Por ejemplo, este miércoles he vuelto a hablar con Martín. Estamos muy pendientes unos de otros. Yo estoy pendiente de cómo le va a él en River, la foto que nos sacamos se la mandamos a Míchel…
El River actual y el jugador que más le gusta
-Entonces seguís a su River.
-La verdad es que tenemos poco tiempo y, además, la diferencia horaria no ayuda. Suelo ver los resultados y, cuando tengo un rato, me bajo algún partido por Wyscout (NdeR: plataforma mundial paga de estadísticas y partidos que usan los cuerpos técnicos) e intento ver el juego de su River.
-¿Te gusta algún jugador?
-El que más me gusta es el chavalito Echeverri. Conecta muchísimo y tiene una gran gambeta, personalidad y valentía.
-¿Demichelis te invitó a que le retribuyas la visita en el Monumental?
-Sé que estoy invitado por él, no hace falta que me lo diga, ja. Cuando tenga algún espacio, estaré allí, porque es un estadio brutal. Creo que en el Málaga tenemos algo de parecido con la hinchada de River, hay cánticos similares que generan un sentido emocional y de pertenencia brutal. A pesar de la lejanía, son dos hinchadas hermanas en cómo viven el fútbol, dos hinchadas volcánicas.
-¿Lo ves en condiciones de dirigir a un grande de Europa?
-A ver, él ahora está cumpliendo su sueño, siempre me dijo que este es su sueño hecho realidad. Y luego, si tiene la oportunidad de volver a Europa, tengo muy claro que puede ir a un equipo grande. Ya para verlo en Málaga, algo que creo que sucederá tarde o temprano, debe ser cuando el club esté en Primera y con un gran proyecto. Entrenar a River es una de las cosas más grandes que te pueden pasar como entrenado. Con esa experiencia está preparado para todo.