No existe «ni la menor duda» de que la FIFA
«desaprueba con firmeza» el proyecto de Superliga europea
anunciado el lunes por doce clubes europeos, que en su opinión «deberán afrontar las consecuencias» de su ruptura, afirmó el martes el presidente de la Federación Internacional de Fútbol, Gianni Infantino.
La Superliga europea, que entra en competencia con la actual Liga de Campeones de la UEFA, es «un club cerrado» y «disidente de las instituciones existentes», añadió el máximo dirigente de la FIFA en la apertura del Congreso anual de la UEFA, la organización que dirige el fútbol europeo.
«O estás dentro, o estás fuera. No puedes estar mitad dentro y mitad fuera«, añadió, agitando de nuevo la amenaza de la exclusión de los clubes impulsores de la Superliga europea y de sus jugadores de todas las competiciones nacionales e internacionales, sin citar sin embargo medidas concretas.
«Los ascensos y los descensos son un modelo que ha tenido éxito», estimó el dirigente, posicionándose en contra de un sistema de liga casi cerrada en el que los clubes fundadores tengan garantizada su clasificación cada temporada, en lugar de la fórmula actual de la Liga de Campeones, en la que los equipos tienen que obtener su billete a través de sus ligas nacionales.
Las palabras de Infantino en el Congreso de la UEFA eran especialmente esperadas por el mundo del fútbol europeo, que necesitará a la FIFA para las eventuales represalias que contempla aplicar a los clubes secesionistas, entre ellas la posibilidad de impedir a los jugadores de esas formaciones disputar partidos con sus selecciones y verse privados de torneos como el Mundial.
Unos minutos antes, el presidente del Comité Olímico Internacional (COI), Thomas Bach, había criticado también el proyecto de la Superliga europea, que impulsan seis clubes ingleses (Arsenal, Chelsea, Tottenham, Liverpool, Manchester City, Manchester United), tres españoles (Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid) y tres italianos (Juventus, AC Milan, Inter de Milán).
«El modelo deportivo europeo es un enfoque único (…) fundado en la apertura de una competición equitativa que da prioridad al mérito deportivo. Ese modelo está amenazado ahora (…) ante el desafío de un enfoque puramente guiado por los beneficios», lamentó.
Los doce clubes disidentes convulsionaron al fútbol europeo cuando en la noche del domingo al lunes (hora centroeuropea) emitieron un comunicado para anunciar el lanzamiento de su Superliga, que quieren que comience lo antes posible.