De la Cruz, el mejor refuerzo del mercado para River

Probablemente, entre el desfasaje de calendarios competitivos y alguna demora en negociaciones siempre complejas, haya quedado la sensación, con River eliminado de la Copa Libertadores, que los refuerzos de este mercado de invierno hayan llegado unos días tarde. Pero, así y todo, es difícil negar que se tratan de incorporaciones de jerarquía, con un mix en la premisa de búsqueda entre figuras internacionales como Manu Lanzini, otros regresos de hombres de la casa muy queridos como el Pity Martínez y Ramiro Funes Mori, la incorporación de una realidad de rendimiento rasante que es Facundo Colidio y una apuesta interesante como el uruguayo Sebastián Boselli (sin contar, también, a Nicolás Fonseca, que también cruzará el charco pero en diciembre). Aún así, posiblemente el más importante de todos los refuerzos sea Nicolás de la Cruz.

Sí, la mejor noticia de este mercado de pases para River tal vez sea la continuidad del 11. Y cuenta como un refuerzo, claro: como sucede en las últimas ventanas de transferencias, la continuidad de DLC es toda una noticia. Una noticia que, de hecho, se hace cada vez más fuerte a medida que el tiempo pasa y el todocampista la sigue rompiendo. A los 26 años, su presencia en River y en el fútbol argentino a este nivel es todo un caso excepcional en términos del business del fútbol globalizado. Un fenómeno que en todo caso también tiene cierta explicación en los problemas físicos que le pesaron por algunos pasajes de las últimas temporadas, con una sinovitis en la rodilla derecha que ya le demandó más de un tratamiento y que es un punto que pudo haberle cerrado algunos mercados europeos.

Pero que De la Cruz siga en Núñez es, para River, todo un hito: en este mismo libro de pases el uruguayo tuvo dos posibilidades muy firmes de salida entre Flamengo (el CARP no aceptó negociarlo a un eventual competidor de ésta y de las próximas ediciones de Libertadores) y el Al Duhail qatarí, que pujó por él con ofertas de contrato altísimas en términos económicos pero que recibió no menos de tres veces la negativa del jugador a este lado del mundo: el plano competitivo, con su proyección de referente en la selección uruguaya a cargo de Marcelo Bielsa, pesó en la decisión del medio hermano de Carlos Sánchez.

Claro, que de momento DLC se haya quedado en River no implica que en todo caso en los próximos recesos su posible venta no vuelva a ser una novela de mercado: desde hace ya un par de temporadas que el futbolista (cuya ficha sigue siendo compartida en partes iguales por el CARP y Liverpool) quiere dar un salto económico y tiene la promesa del club de ser vendido si llegaran ofertas acordes a su nivel. El propio Jorge Brito aceptó hace pocas semanas que está en una edad ideal para salir por una transferencia y pegar la vuelta en unos años. Por eso cada partido que juega De la Cruz con la Banda en este último tiempo puede ser leído como uno de los últimos. Y así los juega. Aplomado después de seis años, se va haciendo referente dentro y fuera de la cancha (ya ocupa la mesa de los grandes en el plantel), es clave para equilibrar y darle dinámica al equipo e irreemplazable para la estructura de juego (se notó en el debut contra Argentinos): así es, desde hace rato, un preferido para la gente.

Los hinchas, que lo eligieron figura frente a Barracas, también entienden que DLC puede irse en cualquier momento y por eso lo ovacionan cada vez que pueden. Como el domingo: ante el Guapo, fue el hombre que levantó al equipo cuando peor la pasaba, primero con un centro venenoso que derivó en el 1-1 y luego con un golazo de punta a punta para el 2-1 y encaminar la goleada en un estadio que le sienta muy bien. Tanto que en los últimos nueve encuentros que disputó en el Liberti participó directamente en siete goles: convirtió cinco y asistió en otros dos.

Sí, está hecho a la medida de River. Y su no-salida es un refuerzo. El mejor.