tanto como el Botafogo lejos de su ritmo ideal, la actitud de Víctor Cuesta en el Victoria 2-1 sobre Volta Redonda trajo un buen parámetro para lo que proyecta Luís Castro para esta temporada. El jugador de 34 años se dividió entre defensa y ataque y fue fundamental para que el Alvinegro asegurara los tres puntos de Raulino de Oliveira.
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Su tarjeta de presentación fue relevante en un momento en que Glorioso tendrá una competencia interna más feroz en el sector defensivo. Además de Adryelson y Philipe Sampaio (su defensor en el duelo del pasado jueves), el ecuatoriano Segovia aterrizó en el club.
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Desde el comienzo del partido, Cuesta libró una feroz disputa con Berguinho. En ataques de Luciano Naninho que desorganizaron la defensa, el jugador de 34 años no cejó en subir y esquivar las embestidas del dorsal 10 del rival.
En un tramo final en el que el Botafogo iba cayendo en rendimiento, Cuesta mostró más firmeza. En la delantera, el defensor tenía un sentido de colocación al cabezazo que aumentaba la ventaja de Botafogo.
Incluso en el gol encajado por Alvinegro, el defensor trató de redimirse del error colectivo tirándose al arco e intentando salvar el arco de Lelê. Sin embargo, Cuesta fue decisivo incluso en el transcurso del partido. Cuando Lelê despegó tranquilo, regateó a Lucas Perri y disparó, el defensa trató de salvar al Botafogo del empate.
En una noche muy sacrificada, el zaguero se mostró muy contundente en las entradas y señaló que puede recorrer un buen camino como titular en el equipo de Luís Castro. Una postura contundente que contribuye a los compañeros defensores. Depende de Víctor Cuesta continuar con su desempeño para fortalecer aún más el sector defensivo alvinegro en este año tan desafiante.