Cristina Medina: el 10 de Boca que no juega con la 10

Es la foto. “La” foto. Para enmarcar, para un cuadrito en el living de su casa. Es Cristian Medina rodeado por medio equipo rival como tantas veces pasó con Lionel Messi. La publicó Boca en redes sociales y enseguida los hinchas asociaron -sin ponerse colorados- a su joven talento con el astro mundial.

Medina no es Messi, está más que claro. Lo que tiene de Messi es una foto juntos de de 2019 publicada en su Instagram y haber compartido unos días en el predio en la última fecha FIFA cuando fue convocado para la Sub 23. No hay nadie que sea Messi, esa es la realidad. Pero para todo Boca hoy Medina es el 10 sin ese número en la espalda. El que todos querían que llevara ese dorsal antes de la llegada de Cavani, cuando se fue Óscar Romero. Los hinchas lo adoran y él responde en silencio en el campo de juego.

“Correr, corremos todos, él juega muy bien a la pelota”, lo elogió su amigo y compañero Zeballos, hace unos meses, cuando el Negro empezó a adueñarse de la pelota en este Boca, gracias a la confianza que le dio Almirón desde su llegada.

La clave de su despegue con Almirón fue soltarlo, liberarlo, devolverlo a la posición que tuvo por ejemplo en las selecciones Sub 15 y Sub 17, uno metros delante del círculo central, siempre con su socio Equi Fernández cuidándole las espaldas.

“Tiene características similares a las de Diego Cagna, por ser un jugador volátil y porque pisa el área. De Fernando Gago puede tener la calidad, pero no los veo tan parecidos porque Medina tiene menos marca. Del plantel actual, es distinto a todos”, le decían tiempo atrás a Olé desde Boca Predio.

A Medina lo descubrieron en octubre del 2012, en una prueba realizada en el club El Fortín de Moreno a la que asistieron alrededor de 2.000 jugadores en cuatro días y él se presentó con su club, el Rayo de Malaver. Lo vieron Hugo Perotti, junto a Diego Mazzilli y Horacio García.

En esa prueba, jugó del mediocampo para adelante y ya en Boca, de entrada fue delantero y luego pasó a la posición de enganche. “Me muevo por todo el frente de ataque. Me caracterizo por mi velocidad y una de mis fortalezas es el juego mano a mano”, le contó a Olé en una entrevista realizada cuando estaba en Séptima. “Puedo jugar como volante por derecha o por izquierda, en la Selección lo hago de doble 5, más suelto, aunque mi lugar es enganche o por izquierda”.

En abril del 2018, con la 10 en la espalda, hizo un golazo de rabona a River que todos recuerdan en el club. Aunque no fue la primera vez ni la última: antes había tirado un centro de rabona contra Defensa y Justicia que terminó en gol y en la Selección estuvo muy cerca de meter un gol así también… «¿Cuál es tu sueño?”, le preguntaron a Medina entre tanta rabona. Y después de un largo silencio tímido y de perfil bajo, muy parecido a hoy en día, se animó a revelarlo: “Llegar a Primera, salir campeón del torneo y luego de la Libertadores”.

Boca en la Libertadores lo tiene como pieza clave, como uno de los que no pueden faltar. Lo volvió a demostrar el martes en la goleada a Central Córdoba. Medina. O Messina.