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Es el dominador de la Copa Italia con catorce conquistas y lo volvió a demostrar con su segunda goleada consecutiva. Le endosó el Juventus seis a la Salernitana en octavos de final. Y le hizo cuatro al Frosinone, verdugo del Nápoles con una goleada histórica que le dio acceso por primera vez a unos cuartos de final donde no fue rival.
Y no le faltó valentía. Sin nada que perder. Presionando arriba desde el inicio con la esperanza de colapsar el juego de una ‘Juve’ sin dos pilares en su estilo, Rabiot y Chiesa, bajas por lesión. Obligó a jugar en largo al equipo de Massimiliano Allegri y cuando no lo hizo, vio de cerca repetirse el regalo de octavos de Gatti. En el inicio de jugada se metió en un lío con Perin que pudo costarles caro.
No hubo opción para el Frosinone que pronto recibió el primer golpe. A los ocho minutos en un error de Okoli en salida de balón, con robo de Miretti, rápido y directo hacia portería rival, desequilibrado por Mazzitelli y derribado por Lirola en un claro penalti que aprovechó Milik para firmar el primero.
Le costó dominar al Juventus, impreciso, sin imponerse en el centro del campo y con acciones individuales de Weah en el costado derecho como único balance ofensivo. El Frosinone sintió por momentos la esperanza de extender su aventura. El disparo arriba de Harroui tras una falta ensayada y dos zurdazos de Ibrahimovic alimentaban sus ilusiones.
Pero el Juventus golpeó con la firmeza que le faltó a su rival. Había perdonado una ocasión doble de Miretti y Kostic, con disparo sacado bajo palos por la zaga del Frosinone, cuando McKennie inició su exhibición de asistencias. Esperó el movimiento de Milik para ponerle un pase preciso al desmarque. El control con el pecho y la buena definición del delantero polaco sentenciaban el duelo antes del descanso.
No tuvo historia el segundo acto, con el portero Cerofolini que ya había evitado el tanto de Weah con un disparo seco lejano en la última acción de peligro de la primera parte, respondiendo ante la clara ocasión de McKennie. Con todo para marcar desde el punto de penalti tras un pase de la muerte, topándose con una parada repleta de reflejos.
En un inicio arrollador, el Juventus sacó partido de un regalo cuando Cerofolini buscó en el saque de puerta a Mazzitelli, centrado y de espaldas. El robo de cartera de Locatelli precedió al tanto a puerta vacía de Milik. Un triplete que pudieron ser cuatro si el colegiado no hubiese anulado por fuera de juego un toque de calidad con el exterior, desviando el disparo a la red.
No fue menos vistoso el que sí subió al marcador, cuando el pase preciso cruzado de McKennie, lo enganchó en el aire en carrera Yildiz, que repitió gol de bella factura en Copa por segundo partido consecutivo.
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