No vamos a decir que el que quiere ser campeón tiene que ganarles a todos, que en la cancha son 11 contra 11, que el público no entra a la cancha… No vamos a engañarnos.
La cruda realidad es que Brasil está muy, muy por encima de todos los demás equipos en la Copa América Femenina y eso incluye a Colombia, el local. Por eso, si la meta es ser campeón, aquí la tarea es tratar de evitar un cruce con ese gigante hasta que sea inevitable, hasta la final.
El asunto es claro: es verdad que el equipo nacional tiene los mismos puntos de Brasil, pero su diferencia de gol es de +6 mientras que el gran enemigo tiene +11. Y hay un detalle no menor: en sus tres salidas nadie ha podido marcarle un solo gol, lo que habla de la fortaleza en la zona posterior de la que adolece -todo hay que decirlo- el dueño de casa.
En la lista de tareas lo primero es hacer lo que Brasil ya hizo: instalarse en la semifinal. ¿De qué depende? De empatar o superar a Chile en la última fecha del grupo A. De esa manera se haría inalcanzable para Paraguay (6 puntos) y para el propio Chile (6) y como primero de su zona evitaría al ‘coco’ del torneo. Pero ojo que hay una opción más: si llegara a perder, debe ser por menos de tres goles, para que Chile no lo supere en la tabla y siga siendo primero.
Esto porque en el fixture está establecido que el primero del grupo A se medirá en semifinales al segundo del grupo B, pero como Brasil es líder de esa zona, su rival en la siguiente fase será el segundo del grupo A, que en este momento es Paraguay. En fin, allá ellas con ese lío…
El objetivo fundamental es estar el 25 de julio en Bucaramanga como primero, lo que no parece imposible dadas las buenas sensaciones que han dejado las tres victorias en esta primera fase. Un día después, Brasil decidirá su suerte y, si todo sale como se supone, estará en la final del 30 de julio. Hay que hacerlo todo para no cruzarse con ellas antes de ese día.