Fue un domingo bien movido para el plantel de Boca. En todo sentido: práctica por la mañana en el predio de Ezeiza tras la caída en Paraná, un equipo que se perfila para jugar contra Santos, hisopados, lista de viaje a Brasil y … ¡superclásico! Sí, señores, si los jugadores querían tener una tarde de descanso y tranquilidad en familia, la chance de jugar contra River los mantuvo alerta, prendidos a la tele ya un cruce buscado hace tiempo. Ahora sí habrá otro mano a mano, ya mismo, muchísimo más cercano que el de los octavos de la Copa Argentina, y justo en una semana en la que el Xeneize también definirá buena parte de su futuro en la Libertadores.
El equipo de Miguel se jugará en este choque de cuartos ante River tres situaciones que pueden marcar el ciclo: sellar con el resultado esta sensación de que en los dos últimos superclásicos estuvo muy cerca de ganar, volver a privar a Gallardo de ese torneo local que hasta ahora nunca pudo ganar en su exitosa vida como DT del Millo y dar otro pasito, con el envión que significaría una victoria de esa talla, rumbo al tricampeonato.
Hace rato que el plantel está hablando de vencer a los viejos fantasmas en un partido mano a mano con River. Hasta ahora, sólo los fue alejando con la conquista de la Superliga, en la que los dos llegaron cabeza a cabeza a la última fecha, y con lo que pasó en la Copa Diego Armando Maradona: un empate 2-2 que dejó mejor parado al Xeneize para meterse en la final que luego ganó. Pero ahora, será un cruce directo, que se adelantó al que también tendrán por la Copa Argentina en el segundo semestre del año, tras la Copa América.
«A cualquier jugador le gustaría enfrentar a River», dijo Villa antes de que pudiera darse cuenta de ese choque que ahora se ve lejano. Pero fue un testeo (palabra tan de moda) de la sensación general del plantel: ya no hay temor a enfrentar al equipo de Gallardo.
Zambrano y Cardona ya son bajas para el clásico del domingo. Y hay que ver Zárate. (Prensa Boca)
Por el contrario, que en los últimos superclásicos, estuvieron más cerca que nunca, que se consideraron más y por eso esperaban por esta oportunidad. Tanto los que son sobrevivientes de la final de Madrid (Andrada, Izquierdoz, Tevez, Zárate y Cardona, que otra vez se quedará afuera) como los que llegaron luego y sufrieron la eliminación de la Copa 2019 con Alfaro como DT.
Carlos Tevez fue otro de los que, tras el último superclásico (1-1), hasta se animó a chicanear a River, a pesar de haber sufrido en carne propia las últimas eliminaciones coperas. Eso, puertas adentro, marcó el nuevo semblante del plantel para con los superclásicos. “Se lo notó nervioso a River. Nunca los vi así ”, dijo el capitán, que volverá a tomar la lanza.
No es que el plantel de Boca se sienta superior al de Gallardo, sino más preparado y con otra confianza para afrontar los superclásicos, con mejores antecedentes y, además, con la sensación de que River no es el mismo, ya que fue perdiendo jugadores importantes y transita una marcada irregularidad en su funcionamiento, con ventajas defensivas para aprovechar.
Miguel sabe que será una semana clave para todo lo que se viene (Prensa Boca).
Otra vez en la Bombonera
La curiosidad es que otra vez el Súper será en la Bombonera, el escenario de los últimos tres, en los que Boca no perdió: 1-0 en la semi de la Copa 2019 que no alcanzó para llegar a la final, el 2-2 de la Copa DAM y el 1-1 del interzonal de esta Copa de Liga, en el que Boca se había puesto en ventaja con gol de Villa y estuvo cerca de darle el primer triunfo ante River a Miguel como DT xeneize, otra marca a superar (contando el ciclo del 2007, fueron cuatro, con tres empates y una derrota).
En el medio de otra final
De todos modos, está claro que este Súper asoma en un momento incómodo. Al equipo de Miguel le tocará justo después de una visita a Brasil, ante Santos, en un partido que puede definir mucho en la Copa. Si pierde, no sólo complicará su clasificación a octavos, sino que llegará al clásico envuelto en llamas, con tres derrotas al hilo, luego de un veranito de cinco triunfos al hilo que devuelto la paz futbolística.
Ahora, si saca un buen resultado en Brasil, encaminará el pasaje a octavos y renovará el ánimo para tirar a River a la banquina en un torneo local por tercera vez al hilo, algo que indudablemente fortalecería el proceso de Russo entrenador.
Por todo, es un Súper que definirá mucho. Pero también que Boca espera jugar y, sobre todo, ganar …