La victoria del FC Barcelona en la final de la Champions culminó una bonita historia con Caroline Graham Hansen de protagonista. La noruega confesó tras la final que “después de perder la final de 2018 con el Wolfsburgo llamé a mi casa y les dije que lo dejaba, que renunciaba. Volví a lesionarme y sentí que el fútbol ya no era divertido. Para mí es un gran impulso estar aquí tres años después”.
Poco se podía imaginar la extremo noruega cuando tocó fondo que aparecería el club de su infancia para rescatarla. La futbolista ha confesado en repetidas ocasiones que de pequeña ya era del Barça, y de hecho circulan varias imágenes suyas (como la del pie de estas líneas) con la camiseta azulgrana siendo una niña.
“Recuerdo cuando tuve mi primera equipación: mi padre visitó la ciudad con unos amigos, fue a ver un partido en el Camp Nou y volvió a casa con dos camisetas de Rivaldo, una de visitante para mi hermano y otra de local para mí. Creo que tenía 6 o 7 años. ¡Éramos Rivaldo 1 y 2! El Barça era un estilo de juego”, explicó Graham
Hansen en una entrevista a la revista Barça.
La delantera añadió que “siempre me ha gustado tener el balón, driblar… el fútbol pensado de una manera técnica y táctica. Para mí venir aquí y jugar de esta manera es lo que siempre había querido. Controlar el partido con el balón, recibir y pasarlo… Lo llevo adentro. Disfruto cada día de mi trabajo en un club con esta filosofía”.
Esa pasión le hizo apostar por embarcarse en el barco azulgrana y cambiar una camiseta de Rivaldo por otra con su nombre, al que lucen ahora todos en su casa, y el colofón no fue solo conquistar la primera Champions de la historia azulgrana sino que además lo hizo con un gol que significó el 0-4 y la sentencia de la final en el minuto 36 de partido.
Conoce mejor a Caroline Graham Hansen